El PSOE pide la recuperación y conservación de los restos de la Guerra Civil que quedan la región

Actualizado: viernes, 17 marzo 2006 14:15

MADRID, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -

El diputado socialista Antonio Chazarra ha registrado varias iniciativas en la Asamblea de Madrid con el fin de "recuperar y conservar los restos de la Guerra Civil en la Comunidad de Madrid", en línea con la proposición no de ley (PNL) que el parlamentario defendió ante el Pleno de la Cámara para reclamar la creación de un parque histórico de la batalla del Jarama.

Chazarra ha solicitado la comparecencia del director general de Patrimonio Histórico, Javier Hernández, para que informe de "las iniciativas y actuaciones que tenga previsto realizar para recuperar y conservar los restos y hallazgos en los escenarios en los que se desarrollaron distintas batallas".

Según el parlamentario regional, Madrid fue uno de los frentes más importantes de la contienda entre 1936 y 1939, año de la entrada en la capital de España de las tropas franquistas. Durante esos años se sucedieron las luchas por el control de la capital, como las batallas en la sierra madrileña (Somosierra y el Alto de los Leones) y la batalla de Madrid.

"El objetivo de estas iniciativas es conmemorar esos hechos para, fundamentalmente, recuperar la memoria histórica de la Guerra Civil con el fin de transmitir a las generaciones futuras un mejor conocimiento de este periodo histórico y evitar que muchos de estos hallazgos puedan desaparecer con la consiguiente pérdida patrimonial", dijo.

Asimismo, Chazarra enumera otras contiendas que tuvieron lugar en 1936, como la de Casa de Campo, en la que recientemente se descubrió una fosa con cadáveres de soldados; la de Ciudad Universitaria y la carretera de La Coruña; o las que tuvieron lugar en Humera y Pozuelo de Alarcón.

BATALLAS EN 1937

Después de estas primeras batallas, en las que las tropas franquistas sublevadas fueron rechazadas por los soldados de la República, en 1937 la lucha se extendió a la zona del Jarama (San Martín de la Vega, Arganda y Rivas), Torija y Brihuega (Guadalajara) y a Villanueva de la Cañada y Brunete, donde murieron miles de combatientes de ambos bandos. Después de estas matanzas el frente se estabilizó y fortificó, y no se produjeron más ofensivas hasta 1939. Estas batallas, según Chazarra, dejaron su rastro en la orografía de la región en forma de trincheras, pozos de tirador, casamatas y búnkers, muchos de los cuales "se encuentran todavía en un excelente grado de conservación a pesar del abandono y la falta de interés de las administraciones públicas en mantenerlos. "Un desinterés --afirma--, que, sin embargo, ha provocado la pérdida de miles de estos restos en los años desde el final de la guerra debido al enorme crecimiento urbanístico y de las infraestructuras en la región".