MADRID, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
La corriente Somos IU ha señalado este martes en un comunicado que quien actuó "con impunidad y mala fe" con las tarjetas 'b' de Caja Madrid "no puede formar parte de Izquierda Unida" y que, sin caer en el "desfasado dogmatismo moral", defienden "anteponer la ética a la aparente legalidad jurídica".
Somos IU --integrada por portavoces municipales de la región y de responsables políticos de 'La Mayoría', como es el caso de Ángel Pérez, incluye en sus filas a diputados autonómicos como Libertad Martínez, Rubén Bejarano, Pepa Amat o la concejala de la capital Raquel López-- ha remarcado la "ineludible necesidad de anteponer la conducta ética a la siempre aparente legalidad jurídica".
Exigen que cualquier persona que ocupe un puesto de responsabilidad en una institución financiera que necesitó la intervención del Estado debería cumplir con las exigencias de "austeridad, honestidad y transparencia en el uso de los recursos".
SOBRESUELDOS
Además, desde Somos IU han remarcado que algunos de los movimientos observados "difícilmente pueden atribuirse a gastos de representación" sino que más bien cabe calificarlas como "verdaderos sobresueldos, a modo de intolerable prebenda".
"Los usos dados a estas tarjetas, en algunos casos, constituyen una afrenta a la ciudadanía, y no hace falta decir que las cantidades económicas dedicadas a los mismos deben ser reintegradas", han subrayado.
Aunque apuntan como primera responsabilidad la de "quienes al frente de la entidad financiera decidieron poner en circulación esta tarjeta", Somos IU añade que no quedan exentos de merecer su "radical desaprobación y censura", quienes se beneficiaron de ella y, de manera singular, las personas que representaban a IU.
"Que nadie se equivoque. No nos anima ninguna vocación de participar en la cruzada contra las políticas públicas o de arremeter indiscriminadamente contra los partidos políticos. Sí la de impulsar un radical proceso para depurar responsabilidades y contribuir a regenerar la vida interna de las formaciones políticas y la salud de la propia democracia", han detallado.
