Sotillos dice que Aguirre ha pasado de "agitadora en la sombra" a "camuflarse inmediatamente tras la derrota"

Europa Press Madrid
Actualizado: lunes, 10 enero 2011 13:05

MADRID 10 Ene. (EUROPA PRESS) -

El secretario de Comunicación y Estrategia del Partido Socialista de Madrid (PSM), Eduardo Sotillos, considera que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha pasado de "agitadora en la sombra" en la polémica sobre la candidatura asturiana del ex ministro de Fomento Francisco Álvarez Cascos a "camuflarse inmediatamente tras la derrota".

En un artículo con fecha 10 de enero publicado en la 'Fundación Sistema' bajo el título 'Cascos silencia a Esperanza' a la que denomina "lideresa", Sotillos se refiere a la polémica surgida a raíz del deseo de Álvarez Cascos de ser el cabeza de lista del PP a la Presidencia del Principado de Asturias, camino en el que ha contado con el apoyo de la presidenta madrileña, y a este respecto diferencia la "distinta manera" de hacer de PP y PSOE a la hora de elegir a sus cabezas de lista.

Así, Sotillos indica que los socialistas han demostrado, "no sólo en Madrid, que la celebración de primarias fortalece la imagen democrática y moviliza a la organización", y añade que "los populares se resisten a este método y sufren la consecuencia de deserciones, graves descalificaciones que afectan a la credibilidad global del proyecto, y dejan al descubierto la fuerza de las camarillas".

"Ahí es donde le gusta jugar, siempre, a la hasta ahora lideresa madrileña, con menos fortuna en la intriga nacional que en las competiciones lúdicas", opina Sotillos, que apunta que "la gran valedora de la opción Cascos, de la línea más dura y nostálgica del Partido Popular, nada que ver con su sedicente liberalismo, ha vuelto a practicar su papel de agitadora en la sombra, para intentar camuflarse inmediatamente tras la derrota".

"SU HUIDA DEL ESCENARIO ES UN CLAMOR"

"La omnipresente y habladora Esperanza Aguirre está callada ¡al fin! y deja los mensajes, ambiguos, al cuidado de sus escuderos de guardia, pero su huida del escenario es un clamor", destaca el dirigente socialista, que añade que "es de suponer que incluso Cascos haya tomado nota del escaso valor de contar con su respaldo y de la soledad en la que deja a sus alternativos aliados".

"¿No tiene nada que decir Esperanza Aguirre sobre la pérdida de un militante tan destacado del partido que ella preside?", se pregunta Sotillos, que dice que "la crisis abierta en el PP por la espantada de un personaje del calado de Álvarez Cascos trasciende los límites de Asturias" merece reflexiones más profundas que las de carácter psicológico.

A su juicio, "más allá del inusitado esfuerzo del otrora poderoso dirigente de la derecha española de la mano de (Manuel) Fraga y (José María) Aznar por recobrar protagonismo político en una Comunidad en la que ejercitó sus primeras armas con puño de hierro en guante de acero, no cuesta demasiado trabajo descubrir una pelea de fondo entre dos concepciones de ejercer el liderazgo de las filas conservadoras".

De hecho afirma que "ni siquiera el resultado de unas encuestas que podrían alentar esperanzas de cambio a favor de los intereses populares ha conseguido disimular la existencia de dos corrientes de fondo que apenas han logrado disimular la fractura nacida en aquel Congreso de Valencia que aupó al (presidente del PP), Mariano Rajoy, a la Presidencia del partido".

Desde su punto de vista, "la conspiración palaciega urdida entonces por algunos líderes aglutinados en el entorno de Esperanza Aguirre, alentada desde poderosos sectores mediáticos, culminó en un rotundo fracaso por obra y gracia de numerosos dirigentes regionales que fueron capaces, en unas tensas horas de llamada a rebato, de frustrar sus ambiciones".

Sotillos opina que "aquel Congreso se cerró en falso y ni siquiera dio lugar a un debate abierto y un contraste en las urnas". "Todo fue maniobras de pasillos y filtraciones periodísticas: nada que ver con el modelo de sucesión en el PSOE, en el que competieron cuatro candidatos y fue determinante el discurso político", remacha el socialista.

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