MADRID 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
La agencia de calificación crediticia Standard & Poor's (S&P) ha mantenido en su último informe a la baja la perspectiva de riesgo a largo plazo de la Comunidad de Madrid, si bien permanece en una posición de riesgo crediticio de emisión de AA.
Estas calificaciones se basan en la capacidad y voluntad del emisor de cumplir con sus compromisos financieros, la naturaleza de las disposiciones y condiciones y la protección lograda por la obligación en caso de quiebra.
Se mantiene así la previsión de deterioro de los ratios de deuda y aumento del déficit público, pues según S&P la bajada del rating es consecuencia de la expectativa de una aguda contracción de los ingresos corrientes en 2010, que está ligada a la recesión que está sufriendo el conjunto del país en estos momentos. Madrid mantiene una perspectiva a la baja a largo plazo desde diciembre de 2005.
Las únicas entidades regionales que mantienen sus perspectivas estables son las regiones forales de Navarra y País Vasco, ambos con una calificación 'AAA'. S&P justifica esta decisión en su sistema financiero único, a través del cual "recaudan los impuestos en sus respectivos territorios y no contribuyen al mecanismo de compensación".
Respecto a los municipios, subraya que aunque sus bases de impuestos dependen en general menos de los ciclos económicos, una serie de municipios españoles tienen una gran dependencia de los ingresos relacionados con la construcción. "En consecuencia hemos notado que la calidad del crédito de algunos municipios españoles se ha visto más perjudicada que la de otros", matiza.
Asimismo, no descarta realizar en 2010 más acciones negativas sobre los ratings de los gobiernos regionales y locales de España, dado que muchos de ellos mantienen actualmente una perspectiva negativa, lo que les convierte en las entidades regionales y locales de Europa peor posicionadas de cara al próximo año, junto a las de Rusia.
S&P recalcó que la "abrupta recesión" de la economía española ha puesto bajo presión la capacidad crediticia de los gobierno locales y regionales del país, y añade que "un sector inmobilario enfermo ha detenido el crecimiento de la antiguamente robusta economía española", con efectos indirectos sobre estos gobiernos. Explica además que esta situación es especialmente significativa en aquellas regiones cuyos ingresos se basaban en el ciclo económico.