POZUELO DE ALARCÓN 3 May. (EUROPA PRESS) -
Doney, el trabajador que lleva dos meses subido a una grúa de 40 metros en Pozuelo para reclamar que Ploder, una de las empresas que ejecuta las obras del subterráneo del centro urbano, abone la deuda que tiene con la firma para que él trabaja, Jigar, denunció hoy "presiones externas" para que abandone su protesta.
Bajo el lema 'Ploder Uicesa. Paga ya', son ya tres los trabajadores que se han subido a la grúa ubicada en la Plaza del Padre Vallet para protestar por los 150.000 euros que aseguran que Ploder debe a Jigar S.A. El primero en subir a la Grúa fue David Cediel, posteriormente subió Sandy y finalmente Doney. Los dos primeros abandonaron la protesta por motivos familiares.
En declaraciones a Europa Press, Doney explicó que la empresa Ploder, que pese a estar en suspensión de pagos continúa ejecutando las obras, tan sólo deja que le suban a la estructura agua o comida. Según Doney, quien está dando las órdenes para presionarle y que abandone la protesta es Ploder Uicesa.
"Desde hace una semana sólo me pueden dejar pasar agua o comida. No me pueden dejar ni teléfono ni periódico ni nada. Lo hacen para aislarme y desanimarme. Han ido colocando poco a poco vallas alrededor de la grúa y encima un enrejado con varillas para evitar que alguien suba a acompañarme. Es como si quisieran decir que ya podemos hacer lo que queramos que no nos pagan", explicó.
A juicio del trabajador, el responsable de la situación es el alcalde de la localidad, Gonzalo Aguado, porque la obra es municipal. "El encargado del Ayuntamiento es el alcalde y dice que hace todo lo que puede, pero eso es mentira", expresó Doney. "¿Cómo no va a poder hacer nada si la obra es del Ayuntamiento? Por eso no me lo creo. Llevamos aquí tres meses y no ha hecho nada en todo este tiempo", añadió.
Según Doney "nadie" se está interesando por su situación. "Los únicos que se interesan son los medios de comunicación. Es muy duro. Son dos meses sin ducharme. Sin poder estar con mi familia. Sin poder moverme. Al principio se tolera. Pero con el tiempo se hace cada vez más difícil. Sin embargo estoy dispuesto a continuar lo que haga falta", puntualizó.
Además el obrero hizo un llamamiento a Ploder para que no sea "injusta" y pague los 150.000 euros que debe a su empresa. En caso contrario, instó a que abandone los trabajos de peatonalización del centro a favor de otra empresa para que se haga cargo de la deuda y así Jigar pueda cobrar.
"También hago un llamamiento a los políticos que parece que sólo se acuerdan del pueblo cuando hay elecciones. Espero que en este caso se hagan ver y oír", afirmó. En cuanto a las protestas que realizaban cada día los comerciantes y vecinos del centro urbano para pedir el pago de la deuda y la finalización de los trabajos en la zona, señaló que los asistentes dejaron de acudir al recibir supuestas presiones de policías de paisano que les pedían identificación y apuntaban sus datos. "Tomaban los datos a todas las personas que venían. Por eso no han regresado", afirmó.
Finalmente, el trabajador indicó que por estar encaramado a la grúa no está recibiendo ningún trato de favor de la empresa Jigar. "Cobro mi salario mínimo, que es el mismo que cobran mis compañeros. No recibo trato especial ni beneficios por estar aquí", concluyó.