El Tribunal Supremo obliga a la ONCE a pagar un premio de 120.000 euros a un hombre que rompió sus cupones

Actualizado: martes, 22 agosto 2006 14:44

Revoca una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que entendía que deberían haber sido presentados los cupones para cobrar

MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -

La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha dictado una sentencia en la que obliga a la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) a pagar un premio de 120.000 euros (20 millones de pesetas) a un hombre que compró cuatro cupones de un número premiado en un sorteo de junio de 2001 y que no pudo cobrar ya que los había roto porque --según argumentaba-- la persona que se los había vendido le había asegurado que no habían sido agraciados.

En su resolución, el alto tribunal estima el recurso interpuesto por el demandante contra la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en mayo de 2004, que desestimó la reclamación al entender que debería haber entregado los cupones para poder cobrar el premio que había obtenido, tal y como establece la normativa del sorteo del cupón de la ONCE.

El Supremo, por el contrario, critica que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid se "limite a consignar que se reclamaba el pago de cuatro cupones" y que se denegó su abono aplicando la normativa que regula el sorteo de la ONCE, sin decir nada sobre la pretensión del recurrente de que se le abonase el importe del premio.

Para esclarecer estos hechos, el Supremo interrogó al demandante, a dos de sus empleados y a la persona que le vendió los números premiados, a la vez que consultó los registros de la ONCE sobre los cupones vendidos. Según el testimonio del propio recurrente, éste compró seis cupones, de los cuales vendió dos a dos de sus empleados. Al día siguiente, el recurrente preguntó si los cupones habían resultado premiados a la persona que le había vendido los números y éste le contestó que no, por lo que los rompió y los tiró.

Sin embargo, cuando el demandante se encontró con sus dos subordinados, éstos le informaron de que el número había sido premiado. El demandante acudió a reclamar el dinero pero el vendedor se negó a pagarle porque no presentó físicamente los cupones agraciados.

SÍ COMPRÓ LOS CUPONES

El Tribunal Supremo no considera probado que el vendedor dijese al demandante que sus boletos no habían sido premiados, ya que el propio vendedor lo negaba. A pesar de ello, sí entiende que el recurrente compró los cupones y que no pudo presentarlos para cobrar el dinero, ya que los registros de la ONCE muestran cómo el vendedor recibió varios cupones del número premiado que le fueron comprados. De ellos, todos fueron cobrados salvo cuatro, el mismo número de boletos que compró el demandante, que además tenían números de serie consecutivos.

También se basa el Supremo en las declaraciones del vendedor, quien recuerda que vendió seis cupones con el mismo número al recurrente. También sus dos empleados, a los que entregó dos boletos premiados, confirmaron que su jefe les había entregado los cupones, quedándose él con cuatro. "Es lo cierto que el demandante los destruyera (los cupones) por error o los extraviara", sostiene el Supremo, "lo que es indudable es que los adquirió y no los pudo hacer efectivos".

En la sentencia, el Supremo se remite para argumentar su decisión en otras resoluciones dictadas en casos similares, en los que el tribunal se pronunció en el mismo sentido, como en el de una persona que no pudo entregar los décimos porque había sido atracado o el de otra en el que los boletos se habían deteriorado al lavar la camisa en la que los había guardado.