MADRID 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
Juvenilson D. da S., el 'violador de Pozuelo', se conformó hoy con una pena de más de 300 años de prisión tras reconocer, en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Madrid, haber agredido sexualmente a 19 mujeres en las zonas de Conde de Casal y Pozuelo entre 2000 y 2003. El acusado, en el uso de su última palabra, aseguró que pedirá ayuda en la cárcel "para mejorar como persona".
"Estoy arrepentido de haber cometido los hechos, siento mucho lo ocurrido. Por ello, intentaré buscar ayuda en prisión para mejorar como persona", manifestó el encausado, para quien el fiscal solicitaba 321 años, 5 meses y 29 días de cárcel, así como que indemnizara a sus víctimas en más de 411.687 euros.
El representante del Ministerio Público considera probado que el procesado, "con intención de satisfacer su líbido y pese a la negativa y oposición de sus víctimas", agredió sexualmente a varias mujeres entre agosto de 2000 y septiembre de 2003.
Juvenilson D.S. actuaba casi siempre de noche, abordaba a sus víctima esgrimiendo navajas, cuchillos u objetos punzantes, las robaba sus pertenencias y las lesionaba hasta tal punto que una de las agredidas ha llegado a perder la visión en un ojo. La mayoría de las víctimas sufre estrés postraumático a consecuencia de estos hechos.
En varias ocasiones, el imputado, tras violar a las mujeres, las obligaba a desnudarse por completo y las dejaba abandonadas en la zona en las que había cometido los hechos, advirtiéndoles que esperaran allí hasta que él se marchara.
"HECHOS AUTÉNTICAMENTE SALVAJES"
Durante el desarrollo de la vista oral, que se celebró en la sección quinta de la Audiencia de Madrid y que duró menos de cinco minutos, el fiscal no dudó en calificar los actos cometidos por el imputado como "hechos auténticamente salvajes y reiterados en el tiempo".
Asimismo, el Ministerio Público puso de relieve la necesidad de que al reo se le aplique el artículo 78.1 del Código Penal, en el que se establece que los beneficios penitenciarios, los permisos de salida y la clasificación y cómputo del tercer grado se refieran a la totalidad de las penas que se impongan.
Este punto fue apoyado por los letrados que ejercen la acusación particular, entre ellos Victoria Blanco, de la Asociación de Asistencia a Mujeres Violadas, quien subrayó es que necesario tomar "precauciones" debido a la peligrosidad del procesado.
Por su parte, la defensa discrepó en la aplicación del citado artículo 78 y destacó que su cliente intentará abonar las indemnizaciones a sus víctimas (600.000 euros por daños morales en violaciones consumadas). Además, expuso que Juvenilson "ha colaborado con la Justicia desde que fue detenido por la policía", elemento que, a su juicio, debe ser valorado por el Tribunal.
NO TENÍA UN PERFIL DE VÍCTIMA
Al término del juicio, fuentes jurídicas apuntaron que el hecho de que el inculpado haya reconocido los hechos y haya afirmado que pedirá ayuda suponen "dos pasos positivos para él". "Si existe la reinserción, lo primero es reconocer los hechos", dijeron.
Posteriormente, en declaraciones a los medios de comunicación, la letrada Victoria Blanco indicó que Juvenilson adoptó una actitud "melosa y dulce, de pobre desgraciado" a lo largo de la vista y recalcó que lo más importante es que gracias al reconocimiento de los hechos, las víctimas, que sufren unos "efectos psicológicos devastadores", no han tenido que testificar.
"Al procesado le daba igual que las mujeres fueran menores o mayores de edad, incluso que estuvieran enfermas. Si había gente alrededor cuando iba a perpetrar su ataque se cuidaba de agarrar a las chicas por la cintura haciéndose pasar por su novio", sentenció la abogada.
Finalmente, la presidenta de la Asociación de Asistencia a Mujeres Violadas, Tina Alarcón, manifestó que no cree en que Juvenilson D. da S. se reinserte en la sociedad porque los violadores en serie "son individuos compulsivos". También quiso destacar que la mayoría de las víctimas tienen "graves problemas "para incorporarse a la vida diaria".