Economía/Motor.- El 84% de los conductores españoles infravalora el coste económico de los accidentes de tráfico

MADRID 24 Ene. (EUROPA PRESS) -

El 84% de los automovilistas españoles sitúa el coste de un accidente de tráfico grave por debajo de lo 500.000 euros y la mitad lo establece entre 10.000 y 100.000 euros, cuando en realidad cada muerte en accidente supone un coste de un millón de euros.

Así se desprende de una encuesta realizada entre 2.800 conductores de nueve países europeos durante los meses de noviembre y diciembre de 2005, informó hoy el RACC, que ha participado en dicha encuesta.

El 35% de los conductores españoles considera que las carreteras convencionales son las vías más peligrosas y con más riesgo de accidente. Por contra, sólo el 17% de los automovilistas cree que las vías con más riesgo de accidentalidad son las autopistas.

En cuanto al tipo de accidente más peligroso, el 66% de los conductores indica que los accidentes que más muertes provocan son los choques frontales, por delante de las salidas de vía, los alcances, los choques fronto-laterales en cruces y los atropellos.

Esta percepción de los conductores españoles sobre la peligrosidad de los accidentes frontales es la más elevada de toda Europa, ya que en el resto de países, este tipo de choque comparte elevada percepción de riesgo con las salidas de vía.

Ante la pregunta sobre cuál es el campo sobre el que se debe investigar más para reducir los accidentes, conductor, carretera o vehículo, la respuesta de los conductores españoles ha sido mayoritaria. El 54% creen que es el conductor el que tiene mayor responsabilidad ante un accidente, mientras que el 33% se inclina por la infraestructura, y sólo el 13% señala al vehículo como el terreno donde más se puede trabajar para reducir las muertes en carretera.

Por lo que respecta a la planificación de un viaje, sorprende la poca importancia que le dan los españoles a los aspectos económicos para escoger una ruta. Sólo el 4% de los conductores, la cifra más baja de Europa, tiene en cuenta variables como el coste de la gasolina o la presencia de peajes para definir qué itinerario seguir.

El dato es especialmente llamativo si se compara con el resultado en el resto de Europa, ya que el 47% de los alemanes, el 35% de los austríacos, o el 32% de los belgas declaran tener en cuenta el gasto económico antes de planificar un desplazamiento.