MADRID, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Instituto de Empresa Familiar (IEF) ha solicitado al Gobierno una ayuda de 2.000 euros para la adquisición de automóviles destinados a actividades económicas, tanto correspondientes a empresas como a autónomos.
En concreto, el IEF propone, "dada la importancia que tiene el sector de la automoción en el tejido industrial español, crear este incentivo de 2.000 euros para la compra de vehículos por parte de los autónomos y de las compañías.
La propuesta, a la que tuvo acceso Europa Press, indica que el coste anual aproximado de esta iniciativa se situaría en torno a 200 millones de euros, suponiendo que el programa de incentivos se aplicase a la compra de 100.000 vehículos.
Esta iniciativa se enmarca en el Plan de Choque 2009-2010, dotado con 21.140 millones de euros, que el Instituto de Empresa Familiar ha propuesto al Gobierno para dar respuesta a la crisis económica y financiera.
La medida planteada del Instituto de Empresa Familiar para poner en marcha incentivos a la adquisición de vehículos se suma a la petición generalizada del sector, y a la propuesta que el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, quien remitió una carta sobre esta cuestión al jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero.
En la carta, a la que tuvo acceso Europa Press, Díaz Ferrán expone la difícil situación que atraviesa el sector del automóvil en España y solicita la puesta en marcha, "sin más dilación", de medidas para incentivar la demanda, facilitar financiación y apoyar la competitividad del sector.
PROPUESTA DE LA CEOE.
En lo relativo a la demanda, el presidente de la CEOE pide un 'Plan de rejuvenecimiento y dinamización de las ventas', como complemento del Plan VIVE, que contemple el achatarramiento de coches de más de diez años y de vehículos industriales de más de siete años, con una ayuda directa para incentivar la adquisición de coches nuevos y de hasta cinco años de antigüedad.
El máximo responsable de la patronal propone que las ayudas para la adquisición se sitúen en 1.200 euros para turismos y vehículos comerciales ligeros, 3.000 euros para vehículos industriales de entre 3,5 y 16 toneladas, y 12.000 euros para camiones de más de 16 toneladas.
Según los cálculos de la CEOE, este plan supondría un coste de 560 millones de euros, inferior a los más de 800 millones de euros que dejarían de ingresar las comunidades autónomas si se suprimiera el impuesto de matriculación.
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