11-M.-Guardia civil "Víctor": Zouhier me dijo un año antes que Toro y Trashorras podían mover 150 kilos de dinamita

Actualizado: lunes, 9 abril 2007 14:26

El agente explica que el confidente no mencionó a "El Chino" hasta después de los atentados

MADRID, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -

El juicio por los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, se reanudó esta mañana con la declaración del contacto del acusado por colaboración Rafa Zouhier en la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, cuyo nombre profesional es "Víctor". El agente precisó que Zouhier dio a su unidad información sobre la existencia de dos personas --los acusados José Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro- que se dedicaban al tráfico de explosivos en Asturias, en enero de 2003. Dos meses más tarde, en marzo, Zouhier concretó que ambos podían llegar a mover elevadas cantidades de dinamita, "entorno a los 150 kilos", indicó el testigo.

No obstante, "Víctor" dijo que no fue hasta el 17 de marzo de 2004, después de los atentados, cuando Zouhier realizó la primera mención a alguna de las personas de origen árabe implicadas en la masacre de Madrid, Jamal Ahmidan, alias "El Chino", uno de los suicidas de Leganés. En ningún momento el acusado mencionó --dijo-- la existencia de reuniones en los restaurantes de comida rápida Mc Donalds, entre Trashorras y Toro y "El Chino", o estableció datos que relacionaran a los asturianos con las personas relacionadas con la masacre.

Esta información sobre tráfico de explosivos en elevadas cantidades quedó reflejada en una nota informativa de la Guardia Civil de 6 de marzo de 2003, explicó el testigo, que reconoció, a preguntas del abogado defensor de Zouhier, Antonio Alberca, que se remitió a la unidad con la consideración de "información de importancia" procedente de un informador de relevancia.

Negó que uno de sus superiores, el comandante Francisco Javier Jambrina, se pusiera en contacto con él para solicitarle que eliminara la referencia al tráfico de dinamita en la nota coincidiendo con la comparecencia del entonces jefe de la UCO, Félix Hernando, en la comisión de investigación sobre el 11-M, con objeto de evitar que quedara en evidencia una posible negligencia de la Guardia Civil en la investigación.

Dijo que su unidad comunicó a la Guardia Civil en Asturias las informaciones recabadas sobre el tráfico de dinamita y reconoció, a preguntas de uno de los abogados de la acusación que no dieron aviso a la unidad especializada en terrorismo, a pesar de la magnitud de la cantidad de dinamita con la que los asturianos podían estar traficando según su confidente.

Añadió, además, que no hizo referencia en sede judicial ante el juez instructor de la causa Juan del Olmo, de la cantidad de 150 kilos de dinamita porque "no lo recordó entonces" o "no le preguntaron expresamente por ese dato". Reconoció a preguntas directas del presidente del tribunal Javier Gómez Bermudez que esta omisión "puede resultar rara".

La primera vez que Zouhier se refirió a los explosivos fue el 30 de enero de 2003, momento en que, según "Víctor", el acusado comunicó a la Guardia Civil que una persona llamada Antonio, alias El Toro, que había conocido en la prisión de Villabona y su cuñado, que trabajaba en una mina, podían dedicarse al tráfico de sustancias explosivas.

El acusado, especificó el testigo, recibió el encargo de ponerse en contacto con estos dos sospechosos en Asturias, viaje para el que contó con el apoyo de un grupo operativo, destinado a identificar a los implicados en este tráfico de dinamita. A pesar de ello el traslado no se cerró con éxito y la Guardia Civil no logró, ni siquiera, identificar entonces a Trashorras, reconoció el agente.

Poco menos de un mes más tarde, el 20 de febrero de 2003, Zouhier indicó a "Víctor" que había conseguido "una muestra de explosivo" entregada por Toro y su cuñado, explicó el testigo. "Rafa trajo una muestra en un frasco", indicó "Víctor" que concretó que mostraron a un compañero experto en explosivos la dinamita.

"Era una cantidad pequeña, de mala calidad y muy antigua", indicó el testigo que explicó que no estaba presente en el momento en que Zouhier la llegó a las dependencias de su unidad y que la vió más tarde. Agregó que el experto le dijo que la eficacia del explosivo "era muy baja" y que pertenecía a la gama de "los englobados en la Goma 2" dadas sus características y color.

Zouhier no volvió, según "Víctor" a hablar de explosivos ni le comunicó que había sufrido un accidente con un detonador que le produjo heridas en una mano tras aquel momento.

El testigo reconoció a este respecto que visitó a Zouhier en el hospital cuando este fue ingresado en noviembre de 2003 tras recibir una puñalada en un discoteca. Entonces el agente apreció --dijo-- que el confidente sufría heridas en las manos. Zouhier las justificó indicando que había sufrido "un accidente doméstico", relató.

El agente de la UCO describió que el primer contacto con Zouhier como confidente se produjo el 21 de noviembre de 2001 en la prisión asturiana de Villabona. Agregó que contataron con él con intención de obtener informaciones sobre tráfico de drogas o comisión de robos, principalmente en joyerías. El confidente de la guardia civil, que se enfrenta a una petición de pena por parte de la Fiscalía de 20 años de prisión, siguió la declaración de su antiguo controlador desde el exterior de la urna habilitada para los acusados, acompañado de un agente de policía.

MENCIÓN A ETA

Las informaciones proporcionadas por Zouhier sobre los explosivos, explicó "Víctor", fueron corroboradas por otra persona con la que la Guardia Civil contactó también en Villabona y que fue quien finalmente identificó al cuñado de Toro como José Emilio Suárez Trashorras, el confidente José Ignacio Fernández, alias "Nayo". Fue éste, dijo el testigo, el que realizó mención a la existencia de una relación entre Toro y Trashorras y la banda terrorista ETA.

El agente de la UCO indicó que "Nayo" mencionó entonces la existencia de "unos jóvenes" que se habían puesto en contacto con Toro en la cárcel de Villabona, y que habían intentado "llegar a una negociación para la compra del explosivo".El testigo no pudo precisar, no obstante, los motivos por los que esta información no se pasó a una unidad de la Guardia Civil especializada en ETA y se comunicó únicamente al cuerpo que trabajaba en la zona de Asturias.

ZOUHIER HABLA DE "EL CHINO"

El guardia civil concretó, además, que no fue hasta el 16 o 17 de marzo 2004 cuando Zouhier realizó una primera mención a una de las personas de origen árabe implicadas en la comisión de los atentados de Madrid. Se refirió entonces, explicó, a Jamal "El Chino" e indicó que pensaban que podía estar relacionado con la masacre porque "era una persona muy radical".

"En ese momento no podíamos saber la importancia de la información que nos estaba dando, nos limitamos a trasladarla", detalló el testigo.

El agente agregó que Zouhier dió datos sobre el entorno familiar y la ubicación aproximada de la vivienda de "El Chino" y admitió que su confidente incluso les acompañó a las inmediaciones de la casa, situada en la calle Villabona de Madrid.

Zouhier les dijo también, agregó, que "El Chino" se había interesado en alguna ocasión en la utilización de teléfonos móviles como explosivos y que "viajaba mucho al País Vasco". Añadió --precisó "Victor"-- que Ahmidan podía tener "armas y explosivos" y que una de sus personas de confianza era otro de los acusados, Rachid Aglif, alias El Conejo. Incluso, reconoció el testigo, Zouhier llegó a dar detalles sobre el vehículo utilizado habitualmente por Jamal Ahmidan, un BMW de color negro.