MADRID (EUROPA PRESS)
El dueño de la empresa de construcción en la que trabajaba el acusado Saed El Harrak afirmó hoy ante el tribunal del 11-M que en la bolsa que utilizaba para trabajar, y en la que la Policía halló un manuscrito de Abdennabi Kounjaa en el que explicaba su pertenencia a la célula terrorista que perpetró los atentados y los motivos de su suicidio en Leganés, que al abrirla no apreció ninguna carta o sobre.
También precisó que en dicha bolsa pudo ver "un montón de cintas", un "jersey" y un "pantalón", y que el encargado de la obra le comentó que las cassettes tenían caracteres árabes. Precisó que agentes de la policía se personaron en Leganés para comprobar la relación laboral del acusado, y que tras examinar con brevedad la mochila, la requisaron.
El testigo explicó que trasladó esta mochila de Alcorcón a un polígono de Leganés en el que trabajaba tras conocer que El Harrak estaba detenido, después de ver su imagen en los medios de comunicación. Entonces, dijo, avisó a la policía.
Indicó también que tras examinar superficialmente el contenido de la mochila, guardó la bolsa en la garita que utilizaban los empleados para cambiarse de ropa, y precisó que ésta permanecía cerrada bajo llave.
TRASHORRAS ENCARGÓ PLACAS DE MATRÍCULA
Por su parte, Manuel Ángel Menéndez, testigo que declaró a continuación y que realizaba trabajos esporádicos para el acusado José Emilio Suárez Trashorras, confirmó que acudió a la empresa Recambios del Norte por encargo del ex minero para solicitar unas placas de matrícula.
Explicó que ya había hecho en ocasiones anteriores "algún trabajo" para Trashorras o su ex cuñado, el también acusado Antonio Toro, y dijo que en aquella ocasión el asturiano le entregó un "justificante de Tráfico" para que lo presentara en la empresa. El documento --una solicitud para cuestiones varias de la Dirección General de Tráfico-- que fue mostrado a la sala, era "el original", indicó Menéndez.
Dijo, además, que no supo hasta que se lo comunicó la policía que las placas eran para un coche Toyota Corolla, el vehículo que presuntamente se utilizó para transportar el último envío de dinamita de Avilés a Madrid.
