11-M.- Un miembro de Policía Científica asegura que el carrete con fotos de la mochila de Vallecas "desapareció"

Actualizado: jueves, 3 mayo 2007 13:28

MADRID, 3 May. (EUROPA PRESS) -

Un miembro de la Brigada Provincial de Policía Científica encargado en la madrugada del 11 al 12 de marzo de 2004 de realizar el reportaje fotográfico de la mochila con un artefacto que se localizó en la comisaría del distrito madrileño de Vallecas y que se desactivó en el Parque Azorín indicó hoy ante el tribunal del 11-M que el carrete con las fotografías de la bomba "desapareció".

El testigo explicó, a preguntas del letrado Juan Carlos Rodriguez Segura, que representa a una de las acusaciones particulares, que recibió una llamada urgente cuando se encontraba en el IFEMA para que se dirigiera al Parque Azorín ya que los TEDAX necesitaban un reportaje fotográfico. A su llegada, indicó, la bomba localizada no había sido aún desactivada con lo cual se negó a realizar instantáneas alegando que el artefacto podía activarse al detectar la luz del flash.

Por ello, entregó la cámara, una Nikon Reflex, a uno de los artificieros para que se acercara con la cámara e hiciera las fotos. "Vimos el destelló a lo lejos", indicó. Una vez desactivado el artefacto él y su compañero se aproximaron para finalizar su labor pero se les ordenó que no realizaran más fotografías. "Cuando nos disponemos a realizar las fotos nos dicen que nos retiremos rápidamente de allí" y añadió que esta "no es una situación normal".

"Antes de irnos el comisario general de Seguridad Ciudadana me dice que le dé el carrete de la cámara para que el revelado sea más urgente", recordó. Esta petición no le extrañó ya que la máquina reveladora de su Brigada llevaba estropeada "mucho tiempo" y pensó que era lógico agilizar la labor lo más posible, agregó.

"El carrete desaparece" después de esto, destacó y dijo que ha preguntado posteriormente por é en varias ocasiones y que le han dicho miembros de su Brigada "que las fotografías no existían".

El funcionario puso de manifiesto que en marzo de 2006 elaboró "a motu propio" una nota interna sobre los acontecimientos de aquella noche y concretó que nunca ha prestado declaración en juzgado sobre los sucesos descritos.

A preguntas de la fiscal Olga Sánchez sobre si tenía conocimiento de si se habían llegado a efectuar fotografías con esta cámara insistió en que vió a lo lejos el destello del flash e hizo hincapié en que a lo largo del tiempo en que estuvieron esperando hasta que se produjo la desactivación no oyó que nadie hablara de realizar una radiografía de la mochila.

El testigo indicó también que aquella noche, en la que se encontraba encargado del servicio de noche de su unidad, sus compañeros le informaron de que se les había ordenado revisar los objetos pertenecientes a las víctimas de los trenes almacenados en las dependencias de su brigada.

Los enseres fueron revisados en busca de un posible artefacto pero los expertos en detección de explosivos no localizaron nada, agregó.

COMISARIO DE VALLECAS

Después del miembro de policía científica prestó declaración ante el tribunal el comisario de Puente de Vallecas, donde agentes encontraron el artefacto cuando se hallaban realizando un inventario de los enseres de las víctimas. "Yo jamás ví la bomba", destacó y explicó que le avisaron cuando ya había sido conducida al Parque Azorín para su desactivación.

Relató que la decisión de transportar los objetos a comisaría se tomó tras observar que se amontonaban en los andenes de las estaciones donde se habían producido las explosiones. En un inicio se decidió, a causa de su cercanía, trasladarlas a Villa de Vallecas pero, cuando se estaban transportando, se recibió una circular indicando que las bolsas con efectos se estaban centralizando en IFEMA.

Por la tarde, recordó el comisario, la juez de guardia dispuso que los objetos del IFEMA se llevaran a Puente de Vallecas.

Antes de estos testigos declaró Dolores Motos, particular que adquirió para su nieto el móvil que posteriormente fue hallado por la policía en la mochila desactivada en ese distrito madrileño. La testigo relató que el teléfono no funcionaba por lo que pidió en la tienda que le dieran otro aparato.

Indicó que no recuerda a la persona que se lo vendió ya que no reconoce "a los moros" porque le parecen "todos iguales".