MADRID 3 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah y miembro del PSOE de Gijón, Fernando Huarte, declaró hoy ante el tribunal del 11-M que las visitas que realizó al miembro del Grupo Islámico Armado (GIA) Abdelkrim Bensmail, amigo de Alekema Lamari (uno de los suicidas de Leganés), cuando se encontraba en la prisión de Villabona, se debían a que su asociación pagaba parte del tratamiento odontológico que recibió.
En su declaración como testigo propuesto por el abogado José Luis Abascal, defensor de Jamal Zougam y Basel Ghalyoun, Huarte indicó que su asociación contribuyó a pagar este tratamiento a Bensmail en concepto de "ayuda humanitaria". Durante su declaración ante el tribunal del 11-M, Bensmail, en cuyo poder se halló una nota con la dirección postal en prisión del miembro de ETA Henri Parot, negó cualquier relación con presos etarras.
Huarte explicó que la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah, que presidía, recibió una petición de Bensmail solicitando revistas o material de lectura en árabe. "No sabíamos que era del GIA", aseguró Huarte que añadió que pensaban que no había cometido ningún delito en España y que le visitó "en dos o tres ocasiones".
FILIACIÓN POLÍTICA.
El abogado defensor del acusado Rachid Aglif, Andrea Chalaris, preguntó al testigo a lo largo de la declaración si el hecho de ser afiliado al partido socialista podía condicionar su testimonio. "No lo sé", contestó Huarte.
El testigo añadió que a raíz de lo ocurrido por sus visitas a Bensmail han solicitado mayor información ante posteriores peticiones procedentes de presos árabes.
El tribunal escuchó además la declaración del abogado Vicente Ibor que actuó como letrado del suicida Alekema Lamari en la causa que se siguió contra él por pertenencia al GIA.
SUÁREZ TRASHORRAS.
Poco antes de estas declaraciones prestó testimonio un agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que participó en el interrogatorio al acusado José Emilio Suárez Trashorras. Relató el desarrollo del mismo y recordó que el ex minero les hablaba de unos amigos "moros" a los que conocía en relación con el tráfico de hachís que podían estar relacionados con los atentados, porque días después le habían dicho por teléfonos "cosas muy raras", como que se verían en el cielo si no lo hacían en la tierra.
Destacó que el inspector jefe de Estupefacientes de Avilés Manolo García, conocido como "Manolón", estuvo presente a lo largo de casi todo el interrogatorio, ya que consideraron que su presencia podía tranquilizar a Suárez Trashorras.
Justificó la presencia de la entonces mujer del asturiano, la también acusada Carmen Toro, por la misma causa y dijo que en todo momento el ex minero aseguró que no tenía vinculación alguna con sus negocios. "Creo que ella era conocedora de las actividades de su marido, simplemente", destacó. A lo largo de la conversación no se hizo referencia alguna a ETA, destacó.
"Trashorras no tiene escrúpulos y sabía que el explosivo se utiliza no precisamente para cosas buenas", dijo.