BARCELONA, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, manifestó hoy su convencimiento de que existe total "convergencia" entre el empresariado catalán y el Govern a la hora de defender el proyecto de Estatut y apostar por su desarrollo inmediato en los temas relativos a la financiación y las inversiones. Maragall se reunió esta mañana en el Palau de Pedralbes con la flor y nada del empresariado catalán en busca de complicidades y les pidió que sean "militantes activos" en defensa del Estatut. "Que se mojen, porque el país lo necesita", les pidió.
Entre el medio centenar de empresarios asistentes se encontraban el presidente de 'La Caixa', Ricard Fornesa, el director general, Isidre Fainé; el presidente de Gas Natural, Salvador Gabarró; el presidente de Repsol, Antoni Brufau; y el presidente de Agbar, Jordi Mercader.
También acudieron a la cita Isaac Andic de Mango; Antonio Asensio presidente del Grupo Zeta; José Luis Bonet, presidente de Fira de Barcelona y de Freixenet; Francesc Rubiralta, de Celsa; Pere Botet de Caprabo; Kim Faura, director general Telefónica en Catalunya; Artur Carulla de Agroalimen; Jordi Clos de Derby Hoteles; José Vicente de los Mozos, consejero delegado de Nissan Motor Ibérica; Josep Oliu, presidente de Banc Sabadell; Julio Fernández, de Filmax; Marià Puig, de Corporación Puig; Miquel Torres, de Bodegas Torres; Antoni Zabalza, de Ercros; Jaume Roures, de Mediapro; Antoni Pont, de Borges y Narcís Serra, presidente de Caixa Catalunya.
Las patronales estaban representadas al completo con Joan Rosell, de Fomento; Josep González, de Pimec; Antoni Abad, de Cecot; Eusebi Cima de Fepime y Miquel Valls, presidente de la Camára de Comercio de Barcelona. La única mujer entre los asistentes fue Helena Guardans, presidenta de Selbytel Singular, y entre las ausencias, la más destacada la de José Manuel Lara, presidente del Grupo Planeta, que según fuentes de Presidencia, se encuentra de viaje y disculpó su ausencia.
No hubo privilegios a la hora de distribuir a los empresarios alrededor de la mesa de reunión y se sentaron por orden alfabético quedando Antoni Abad a la derecha de Maragall y Antoni Zabalza a su izquierda. Pese a esta distribuición aleatoria, Ricard Fornesa, presidente de 'La Caixa', fue a parar a la presidencia de la mesa opuesta a Maragall.
REUNIÓN SIN REPROCHES.
Tras más de una hora de reunión, Maragall compareció junto al conseller de Economía y Finanzas, Antoni Castells, para dar cuenta del encuentro y trasladar su impresión de la existencia de "una nueva ambición del empresariado catalán, que se corresponde con la nueva ambición política de Catalunya". Para Maragall, "se podría pensar que el mundo de la economía no estaría demasiado interesado" en el Estatut, pero aseguró que "hemos llegado a un punto dulce de la relación entre política y economía" y manifestó su convencimiento de que el empresariado "reconoce el trabajo de la Generalitat en materia económica".
Según Maragall, "no ha habido peros" en la reunión, que transcurrió sin reproches a la actuación del Gobierno ni peticiones de grandes coaliciones entre PSC y CiU. Así, las preocupaciones de los empresarios se centraron en la fiscalidad o la calidad de los servicios públicos, con el objetivo de que "la nueva ambición política" que supone el Estatut "revierta en la ambición económica", explicó. La conclusión, según Maragall, es que existe, "con perdón, una convergencia entre política y economía" que "no siempre se había dado".
LA AMBICIÓN TIENE COSTES.
Maragall sí aprovechó para reclamar a los empresarios que sean "militantes activos" en defensa del Estatut y que "se mojen" a la hora de fomentar la participación porque "el país lo necesita". El presidente señaló que después de que las empresas catalanas hayan tenido que sufrir boicots "inducidos políticamente" y "pese a todo apoyen el Estatut nos hace estar más seguros de que hicimos lo que teníamos que hacer unos y otros". Para Maragall, "la ambición tiene efectos y costes. Los hemos pagado y ahora recogemos los beneficios".
El compromiso del Gobierno catalán con el empresariado pasa por comenzar a desplegar de inmediato el Estatut "con toda su potencia y posibilidades", según explicó el conseller Castells. Así, sostuvo que la Generalitat "exigirá al Estado lealtad" en el despliegue de las previsiones estatutarias y avanzó que "nos pondremos a trabajar en seguida en la definición de la administración tributaria" y en la aplicación de los mecanismos de nivelación.
Según Castells, los empresarios "tienen mucho interés en que los temas de financiación e inversión se noten lo antes posible", pero advirtió que la Generalitat no tiene las manos libres en su total aplicación y aunque "algunos puntos dependen de nosotros mismos, otros requieren de acuerdos bilaterales con el Estado y otros de reformas de leyes orgánicas. De momento, lo que ya está en marcha son unos estudios sobre la eficiencia del sistema productivo de la Generalitat con el objetivo de "mejorar la eficiencia del sistema político", algo que también reclamaron los empresarios.