VALLADOLID 13 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia de Valladolid dictó sentencia absolutoria en el caso de las dos vecinas de Íscar, madre e hija, que fueron juzgadas por tratar de quemar en enero de 2006 el piso que el ex novio de la primera tenía en la referida localidad vallisoletana.
En su fallo, y frente a las peticiones de cuatro años y dos meses de cárcel para la madre y dos años y dos meses para la hija que había solicitado el fiscal--la acusación particular había pedido cinco años para la primera y dos para la segunda--, la Sala acordó absolver a ambas procesadas dadas las dudas sobre si pretendieron quemar el inmueble o pudieron dejarse olvidada la estufa encendida, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Además de aplicar a madre hija el principio 'in dubio pro reo', el tribunal advierte de la falta de consistencia de los testimonios aportados por la hermana del dueño del piso y una vecina, esta última quien aseguró que la primera de las acusadas le había confesado la autoría del fuego, e incluso apunta en su fallo que "no existe constancia cierta de qué es lo que se encontró en la vivienda la primera de los testigos o si ella pudo modificar en parte los objetos que allí estaban".
Durante el juicio, María Ubalda A.G. y su madre María Teresa G.G. negaron haber tratado de quemar la vivienda, si bien la primera de ellas alegó en su descargo que, por un "olvido", pudo dejarse encendida una estufa de gas butano.
Los hechos tienen su origen en un piso situado en la calle Fausto Herrero de Íscar que madre e hija habían compartido durante dieciséis años con Miguel Ángel P.G, quien fuera novio de la primera durante dicho periodo y que el 16 de enero de 2006, mediante escritura pública, se hizo con la propiedad total del inmueble tras disolverse el condominio que existía sobre él. Su ex pareja, María Teresa G.G, recibió a cambio en metálico más de 20.500 euros, el equivalente a la mitad del valor de la casa.
Fue la noche del 18 de enero cuando las ahora absueltas, que tenían tres días de plazo para retirar todos su efectos y pertenencias, estuvieron en la casa para realizar la mudanza y, según sostuvo la hija, al marcharse pudieron dejarse encendida la estufa. "Hacía mucho frío y pusimos el calentador del agua para lavarnos y la estufa para calentarnos, pero se nos olvidaron encendidos", insistió María Ubalda.
En la misma línea, su madre, María Teresa G.G, se declaró inocente y zanjó con un "no me acuerdo" buena parte de las preguntas que le formularon las acusaciones, incluso la de si, de forma involuntaria, se dejaron encendida la estufa en mitad del salón y un hornillo eléctrico en la cocina. La mujer sí desveló que su ex novio había sido condenado por delito de violencia doméstica sobre ella y su hija y que por tal motivo había una orden que le impedía acercarse a cualquiera de ambas.
MATERIALES COMBUSTIBLES ANTE LA ESTUFA
Una hermana del propietario del piso, Rosario P.G, explicó que fue ella la que abrió la puerta a las acusadas esa mañana para que retiraran sus pertenencias y aseguró que al volver por la noche se encontró la estufa encendida y alrededor de ella un montón de materiales combustibles, como trapos, plásticos, cartones y dos sillas de mimbre que aún no habían comenzado a arder.
Lo curioso de su actitud es que en lugar de apagar la estufa, dado el peligro existente, se dedicó a llamar a los vecinos del edificio para que fueran fedatarios de lo que estaba ocurriendo. Posteriormente llamó a la Guardia Civil por teléfono y fue sólo entonces cuando apagó la estufa a requerimiento de los agentes.
De entre el testimonio de los vecinos, el más incriminatorio para las acusadas fue el prestado por Julia de B.M, quien declaró que un día después de los hechos María Teresa G.G. le confesó que había tratado de quemar la casa.
"Dijo que ella no lo quería hacer pero que lo hizo, que no quería hacer daño a los vecinos pero sí a la casa", recordó la testigo, con la particularidad de que algo tan importante no se lo comunicó en su día a la Guardia Civil y lo mencionó tiempo después en su declaración ante el juez de paz.