LLEIDA 18 May. (EUROPA PRESS) -
Aviación Civil ha concluido en un informe preliminar que el accidente de un helicóptero el pasado 25 de abril en el que murieron cuatro hombres en La Torre de Capdella (Lleida) se debió a un fallo mecánico.
Según el informe provisional de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), el helicóptero se habría estrellado en la zona de La Pobleta de Bellveí por una "ausencia de transmisión de potencia a las palas de ambos rotores del helicóptero".
Además, durante la inspección visual de la zona donde ocurrió el suceso, los técnicos hallaron "separada de los restos principales parte de una pieza que une el motor con la caja de transmisión principal del helicóptero". Esto haría suponer que la pieza se habría desprendido antes del accidente.
El aparato hacía un control de la línea eléctrica que va de Sallente (Huesca) hasta Sentmenat (Barcelona) a través de imágenes infrarrojas cuando se estrelló sobre las 13.59 horas. Posteriormente se incendió.
Al parecer, el aparato no chocó contra la línea eléctrica de alta tensión, ya que ésta no presentaba daños y el suministro eléctrico no se vio afectado. El accidente tampoco se debió a las condiciones meteorológicas, que eran perfectas para el vuelo.
El helicóptero cayó cerca de un pequeño monte y a unos 40 metros de una torre de alta tensión. El aparato se incendió, lo que quemó unos 15 metros cuadrados de pinos y matorrales.
Los fallecidos fueron un piloto de nacionalidad francesa y vecino de Andorra de la empresa de Sant Esteve de Palautordera (Barcelona) Helicasa, Gilles Ferres; dos trabajadores de Red Eléctrica Española, José Benítez y José Manuel Iglesias; y un cámara termógrafo de la empresa de ingeniería IIC con sede en Madrid, Fernando García Fernández.
Aviación Civil abrió un expediente sancionador a la empresa Helicasa "por haber operado el helicóptero sin la preceptiva autorización" ya que no había cumplido con todos los trámites para volar. El helicóptero era un modelo Aerospatiale SA-316 B Alouette III de unos 40 años de antigüedad. La CIAIAC continuará investigando el accidente con los responsables del diseño y la participación de responsables franceses, país donde estaba matriculado el aparato.
Por su parte, los Mossos d'Esquadra interrogaron al director gerente de Helicasa que se presentó de forma voluntaria con su abogado en dependencias policiales. Al directivo le imputan cuatro delitos de homicidio por imprudencia.
TRABAJO E INDUSTRIA LO INVESTIGA COMO ACCIDENTE LABORAL.
Por otra parte, la Conselleria de Interior y la de Trabajo e Industria de la Generalitat abrieron sendas investigaciones para averiguar las causas del accidente.
Según señaló Trabajo en un comunicado, una vez finalizadas las investigaciones se determinarán las causas y las responsabilidades derivadas de este accidente, que se considera laboral.
Los trabajos de inspección aérea de las líneas con helicóptero se hacen de forma periódica para comprobar el estado de las mismas, siendo además el método más rápido y fiable para el buen mantenimiento de las instalaciones, según destacó Red Eléctrica en un comunicado.
La empresa Helicasa, propietaria del helicóptero, es una de las pocas compañías especializadas en estas tareas y realiza este tipo de trabajo para Red Eléctrica de forma habitual.
OTROS DOS ACCIDENTES CON NUEVE MUERTOS.
Este accidente se añade a otros dos que tuvieron lugar con una semana de diferencia en junio de 2002 en la misma provincia de Lleida, que causaron nueve muertos.
En el suceso más grave fallecieron ocho personas, entre ellas tres representantes de la Conselleria de Industria de la Generalitat. Los otros cinco muertos de aquel trágico accidente fueron dos pilotos, un jefe de líneas de la compañía Fecsa-Endesa y dos termógrafos, que fallecieron el 14 de junio de 2002 al estrellarse el helicóptero en el que viajaban en Conca de Dalt.
Los fallecidos fueron la delegada de Industria en Lleida, Divina Esteve Quintana; el jefe de sección de Energía de la Generalitat en Lleida, José Santiago; el técnico de la Conselleria de Industria en Lleida, Francesc Franch; los pilotos Vicente Roselló y Jordi Escudé; los termógrafos Víctor Corredor y Julio Hernández, y el jefe de líneas de la compañía Fecsa-Endesa, Luis Peláez.
El aparato cayó en un campo de almendros próximo al pantano de Sant Antoni, en una zona de difícil acceso, que pertenece al término municipal de Conca de Dalt. Un vecino de la zona dio el aviso a los Bomberos cuando divisó la columna de humo provocada por el incendio del aparato.
El helicóptero, modelo Bell 205, pertenecía a la empresa Heliservice y salió del aeródromo de Sabadell sobre las 9.20 horas con cuatro ocupantes y un plan de vuelo de cinco horas. El aparato se dirigió a Lleida, donde recogió al técnico de Fecsa-Endesa y a los tres representantes de la Conselleria de Industria.
En el momento de estrellarse, el helicóptero realizaba revisiones termográficas de las líneas eléctricas de la comarca leridana del Pallars Jussà para dirigirse luego a la Val d'Aran. Estaba previsto que el helicóptero viajase de nuevo a Lleida y volviera a Sabadell.
Precisamente, el juez de Tremp dictó el pasado 12 de abril una resolución de procesamiento en la que imputa a cuatro personas como responsables penales de este accidente.
SEGUNDO SINIESTRO.
Una semana después de aquel accidente, el 22 de junio de 2002, otro accidente de helicóptero en una zona cercana, entre los embalses de Canelles y Santa Anna, en el límite entre Lleida y Huesca, causó la muerte de un hombre y heridas en otro.
El herido fue un empresario ganadero de Agramunt (Lleida), Gener R.G., de 44 años, mientras que su compañero de vuelo, Miguel Angel Calvera, concejal de la localidad oscense de Estopiñán del Castillo, falleció.
El accidente se produjo cuando el aparato se precipitó al agua del embalse de Canelles, en el límite entre las provincias de Huesca y Lleida. El aparato, marca Robinson R-22 de dos plazas y matrícula EC-FEX, había salido de la localidad de Mollerussa (Lleida), pilotado por Gener R.G..