El acusado de hostigar a sus vecinos de Zaratán se enfrenta a una posible pena de entre 5 y 9 años de cárcel

Europa Press Nacional
Actualizado: martes, 7 febrero 2006 15:12

VALLADOLID 7 Feb. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia de Valladolid dejó hoy visto para sentencia el juicio seguido en los dos últimos días contra José Paulino A.R, el vecino de Zaratán acusado de hacer la vida imposible durante los meses de marzo y abril de 2003 a un matrimonio que ocupaba un chalé puerta con puerta al suyo en la misma urbanización y que se enfrenta a una posible pena de entre 5 y 9 años de cárcel, tal y como solicitaron el Ministerio Fiscal y la acusación particular, respectivamente.

En su alegato final, el acusador público, que inicialmente pedía un total de 4 años para el procesado, acordó elevar en un año la petición global, hasta los 5 años y el pago de multas e indemnizaciones oportunas, al considerar que en el delito de lesiones concurre la agravante de reincidencia, al tiempo que le consideró igualmente autor de otro delito de coacciones, un delito continuado de daños y de una falta continuada de ofensas a la autoridad, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Por su parte, el acusador particular, en representación del matrimonio denunciante compuesto por Luis Miguel V. y Marta S, acordó mantener su petición inicial, consistente en 9 años de privación de libertad por delitos de lesiones con deformidad, coacciones y daños, a la vez que solicitó que su madre, en calidad de responsable civil como propietaria de tres perros doberman, indemnice a la agredida con 37.000 euros por las lesiones sufridas por el ataque de uno de los canes y con otros 30.000 euros al matrimonio por los daños morales sufridos.

Durante la última jornada, los magistrados de Sala se vieron obligados a colocar una mampara de separación entre el José Paulino A.R. y una testigo, vecina de la urbanización, al objeto de que ésta pudiera declarar puesto que minutos antes había sufrido una crisis nerviosa por el trance de tener que enfrentarse al procesado.

"LA CARNE LE COLGABA DEL BRAZO"

La testigo, María Isabel O.V, tuvo que ser tranquilizada varias veces por los magistrados ya que, con voz entre cortada y entre lágrimas, apenas fue capaz de relatar el trágico episodio que pudo presenciar desde su chalé el 29 de abril de 2003 consistente en el ataque que Marta S, otra vecina de la urbanización, sufrió al ser atacada por un perro de José Paulino A.R.

Así, la declarante, que se encontraba ante la ventana de su casa, recordó haber visto al acusado arrojar una piedra al chalé de dicha vecina y cómo luego éste mismo le daba un puñetazo y la tiraba al suelo. La testigo aseguró que mientras bajaba las escaleras en dirección a la calle escuchó claramente a José Paulino gritar "¡Rocky, ataca!" y acto seguido haber visto horrorizada cómo a su vecina "le colgaba la carne del brazo".

La testigo protegida denunció que, al igual que el matrimonio compuesto por Luis Miguel V. y Marta S, también ella se vio obligada a vender su chalé y huir de la urbanización porque "allí no se podía vivir. Este señor se metía con todo el mundo y los vecinos teníamos un miedo grandísimo".

Junto al testimonio de esta mujer, varios guardias civiles que acudieron en más de una ocasión al domicilio del acusado a raíz de las denuncias presentadas contra él por insultar, amenazar de muerte a sus vecinos y causar daños en bienes ajenos, fruto del lanzamiento indiscriminado de todo tipo de objetos y por disparos de perdigones, coincidieron al negar que José Paulino presentara signos de encontrarse bajo los efectos de las drogas o del alcohol.

"Su estado era normal y se mostraba muy coherente cuando nos insultaba", señaló uno de los agentes, mientras que otro de ellos explicó que tras el ataque del perro acudieron al domicilio del propietario y le detuvieron cuando éste se hallaba oculto dentro de un armario de su casa.

Pese a ello, el letrado defensor del acusado solicitó una sentencia absolutoria y, alternativamente, que se le aplique la eximente derivada del trastorno mental que padece y su adicción a las drogas.

Durante el juicio fue especialmente llamativa la actitud desafiante mostrada en todo momento por el procesado, quien en algunas fases fijo atentamente su mirada sobre vecinos de la urbanización que se hallaban presenciando la vista y con los que se encuentra enfrentado en otros procedimientos por hechos similares aunque de menor trascendencia.

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