El acusado por la muerte de cinco albañiles en accidente de tráfico en Córdoba en el 2003 dice que no adelantó a nadie

Europa Press Nacional
Actualizado: viernes, 22 septiembre 2006 16:42

CÓRDOBA 22 Sep. (EUROPA PRESS) -

F.J.L.V., acusado por la muerte de cinco obreros de la construcción en un accidente de tráfico ocurrido el 18 de septiembre de 2003 en el término municipal de Montilla (Córdoba), afirmó hoy durante la celebración del juicio que no hizo ningún adelantamiento y que lo único que pudo pasar es que sufriera una bajada de tensión que le ocasionó un mareo.

El suceso tuvo lugar a las 7.10 horas del 18 de septiembre de 2003, en el kilómetro 43 de la N-331, dentro del término municipal de Montilla (Córdoba), resultando implicados en el mismo cuatro vehículos, uno de ellos un Seat Toledo, con matrícula de Sevilla, conducido por el acusado, de 20 años en esa fecha. El accidente se produjo supuestamente cuando el Seat Toledo invadió la parte izquierda de la calzada, colisionando frontalmente contra una furgoneta Opel Mobano, con matrícula de Córdoba, en la que se desplazaban seis obreros de la construcción de Aguilar de la Frontera.

Durante su declaración, el acusado, afirmó que cuando se produjeron los hechos él se dirigía desde la capital hacia Lucena (Córdoba) para trabajar, un trayecto que llevaba haciendo desde el mes de febrero, si bien añadió que llevaba un año y medio con el carnet de conducir.

El joven manifestó que en la mañana de los hechos no estaba cansado, había dormido lo suficiente, unas siete horas, y que en ningún momento se sintió mal físicamente, aunque aclaró que a menudo sufre bajadas de tensión, por lo que apuntó que "lo único que pudo pasar es que sufriera un mareo, una bajada de tensión", pero aclaró que "no pudo ser una distracción y es imposible que se durmiera, porque no tenía sueño y había descansado".

No obstante, dijo que en el lugar donde ocurrieron los hechos sabía que había una señal de prohibido adelantar y una línea continua pero aclaró que no tuvo necesidad de adelantar a nadie ese día en ese trayecto porque iba con el tiempo suficiente para llegar al trabajo a su hora.

De este modo, declaró que lo único que recuerda de este suceso son "unas luces delante", por lo que pegó un volantazo y el coche dio varias vueltas hasta que paró, si bien aseguró que se acuerda de que él no estaba efectuando ningún adelantamiento.

Por su parte, el conductor de la furgoneta, M.U.A., de 43 años, y padre de uno de los fallecidos, M.U.M., de 19 años, que viajaban en la misma afirmó que en esa mañana "iba conduciendo y de pronto vio unas luces en su carril y un coche que iba adelantando en paralelo y en línea recta a un camión, contra el que colisionaron después de chocar también con el turismo".

En ese momento, señaló que se salió de la furgoneta por la ventanilla y que el conductor del camión le dijo que "lo estaba viendo venir por el espejo lo que había hecho el chaval". Sin embargo, el camionero, que también acudió en calidad de testigo al juicio, negó haberle dicho tales afirmaciones a nadie, al tiempo que declaró que "no vio que nadie le adelantara e inmediatamente se produjera el accidente".

"VI LA MUERTE EN BUSCA MIA"

De otro lado, el conductor de una furgoneta Citröen Berlingo, que también se vio implicada en el accidente y que iba circulando detrás del vehículo en el que viajaban los fallecidos, declaró que en el momento de los hechos vio "unas luces que salían detrás de un camión haciendo una maniobra de adelantamiento, de manera normal, y que sabía que le iba a dar a la furgoneta que iba delante suya".

De hecho, dijo que en el momento en el que vio salir al turismo detrás del camión giró a la derecha porque "el accidente era inminente y vi la muerte en busca mía porque no había espacio para que el turismo rebasara al camión".

Finalmente, otro de los testigos, que iba conduciendo un trailer, declaró que momentos antes del suceso le adelantó un coche que "continuó adelantando a otros dos turismos y un camión en línea continua y que poco después lo vio en medio de la carretera, siniestrado por el accidente".

Por tales hechos, el ministerio fiscal acusa a J.L.V. de haber cometido cinco delitos de homicidio imprudentes --por cada uno de los cuales solicita tres años de prisión-- y dos delitos de lesiones por imprudencia grave, por los que solicita un año de cárcel. Sin embargo, en el caso de que el juez considere culpable al procesado, sólo cumpliría en prisión la infracción más gravemente penada, es decir, cuatro años de prisión. El fiscal también contempla la privación del permiso de conducir durante un periodo de 25 años y otros tres años más por cada uno de los dos delitos de lesiones por imprudencia.

Los cinco fallecidos eran todos ocupantes de una furgoneta, de la que sólo salió con vida, herido leve, el conductor de la misma, M.U.A., de 43 años, padre de uno de los fallecidos, M.U.M., de 19 años, resultando también muertos F.J.L.A., de 23 años, J.J.A.P., de 33 años, J.C.C., de 44 años, y J.A.M. de 40 años.

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