SANTANDER, 21 Mar. (EUROPA PRESS) -
José Carlos A.B. se declaró autor del disparo que recibió su esposa Elisa Calderón a través de una llamada telefónica al servicio de Atención al Paciente del Hospital Valdecilla. Así lo declaró hoy la profesional que le atendió por teléfono, quien expuso ante el Tribunal que éste confesó que "acababa de pegar un tiro a su esposa" y "quería saber cómo estaba".
Esta nueva declaración ante la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria arrojó nuevos datos sobre la acusación de asesinato a la que se enfrenta José Carlos A.B., con peticiones de prisión que oscilan entre los 25 años que solicita la Fiscalía y los 28 de la acusación particular por la muerte de un disparo en la sien de Elisa Calderón el 12 de septiembre de 2004, en plena calle, en el santanderino barrio de Cazoña, y en presencia de la hija, de 21 meses de edad, de la pareja.
Precisamente, la llamada del procesado a Valdecilla para interesarse por la salud de su esposa, que falleció horas más tarde, fue clave para localizar a José Carlos A.B., según explicó el inspector Ramos, instructor del atestado, quien habló con él la segunda vez que se interesó por el estado de Elisa, comprobando por el número de teléfono que se encontraba por la zona de Camargo.
En un principio, se buscaba al 'Cicuta', quien es en realidad hermano de José Carlos A.B., conocido en el argot callejero por 'Cicutín', reconociendo el inspector la voz de éste por anteriores detenciones.
Por su parte, la profesional de Valdecilla que atendió la primera llamada del 'Cicutín' intentó "tranquilizarle" porque él mismo le contó que había utilizado una pistola y la trabajadora tenía miedo de que ocurriera una nueva desgracia al notarle "bastante alterado".
Fue al colgar cuando se activó el dispositivo policial en el hospital, ya que esta trabajadora estaba "segura de que iba a volver a llamar".
En esta segunda jornada de la vista oral declaró también un vecino de Cazoña que conocía al matrimonio, asegurado que el procesado le comunicó sus intenciones minutos antes de que presuntamente disparara un arma en la sien de la mujer.
Según declaró este testigo, sobre las 19 horas del día de autos se encontró con José Carlos A.B., al que le preguntó por el paradero de un sobrino de éste, contestándole el acusado que "no sabía", pero que iba "a matar a su mujer". Al poco después, oyó un disparo, subiendo el joven corriendo para su casa.
Esta nueva declaración está en la línea de las realizadas ayer por otros testigos, que explicaron cómo José Carlos A.B. les contó a cada uno en diversas ocasiones que iba a acabar con la vida de su mujer, de quien estaba separado, pero con la que seguía conviviendo.
"TODO SE SOLUCIONA CON UN TIRO"
Igualmente, esta mañana otro vecino resaltó el carácter "bastante polémico" y "violento" del acusado, quien "varias veces", cuando tenía problemas con su esposa, se jactó de decir delante de "amigos y vecinos" que "aquí todo se soluciona con un tiro, matándola y ya está".
Una de las hermanas de la difunta calificó hoy la convivencia de Elisa con José Carlos A.B. como "un infierno completo", con el único intervalo de tranquilidad cuando el acusado estuvo en tratamiento "con los Mormones", llegando a asegurar que la víctima "se arrepentía de haber tenido la niña" con el procesado.
Esta familiar relató cómo tuvo que acompañar en diversas ocasiones a Elisa para que la atendieran en "Valdecilla" ante las agresiones "constantes" que la propinaba, desdiciendo por completo las declaraciones efectuadas ayer por el acusado, quien aseguró tratarla "como a una reina".
Tras la prueba testifical, el Tribunal proyectó un vídeo en el que se ve a Elisa Calderón postrada en el suelo y cubierta de sangre tras el disparo, lo que provocó la salida de muchos familiares de la sala, que no pudieron contemplar las imágenes, mientras que el procesado permanecía impasible.
El juicio está previsto que finalice mañana, con los últimos testigos, la prueba pericial y las conclusiones finales de las partes.