HUELVA, 26 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los siete acusados de un presunto delito de tráfico de sustancias estupefacientes negaron hoy durante la vista celebrada en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva que durante los meses de junio y septiembre de 2005 se dedicaran a la venta de droga y aseguraron que tanto sus bienes inmuebles como el dinero en efectivo incautado por agentes de la Policía Nacional procedían de la venta de coches y del dinero obtenido en una chatarrería.
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva acogió hoy la declaración de R.B.G., E.L.M., E.L.C. y M.C.M., acusados de un presunto delito de tráfico de sustancias estupefacientes y para los que la Fiscalía de Huelva pide una pena de 15 años de prisión, así como a M.R.C., para el que solicita 13 años de cárcel por el mismo delito, y a E.L.M. y G.R.V., para los que pide cinco años de prisión por un delito de receptación. El tribunal estuvo presidido por el nuevo presidente de la Audiencia Provincial de Huelva, Jesús Fernández Entralgo.
Durante la celebración de la vista, y tras acogerse a su derecho de no declarar el primero de los acusados citados, R.B.G, su esposa, E.L.M., negó que su vivienda de la Calle Belén en la barriada de La Navidad se usara para la venta de droga y dijo que todos sus bienes, entre los que se incluyen una finca en Gibraleón, varios coches y motos y una nave, procedían del dinero obtenido a través de la venta de coches y del aportado por su padre, E.L.C., dedicado a la venta de chatarra en el mismo barrio de La Navidad.
Igualmente, dijo no saber nada acerca de los dos kilos de cocaína que la Policía se incautó en una vivienda de la calle Nochebuena de la misma barriada, y que pertenecía a su hijo Raúl, menor de edad. En este sentido, también aseguró no saber nada de lo declarado por su hijo Raúl ante el juez de menores, ante el que, según consta en acta, señaló que la droga de la vivienda de la calle Nochebuena estaba destinada a su venta en la casa de la calle Belén, propiedad de sus padres.
Asimismo, subrayó desconocer que los agentes se incautaran en su vivienda de recortes de plástico circulares para la realización de paquetillas de droga y de una balanza de precisión, al mismo tiempo que indicó que las armas encontradas --navajas y pistolas, entre otras-- "se las habría encontrado mi hijo Raúl por ahí y las guardó en casa".
Por su parte, E.L.C., padre de E.L.M., señaló que todos sus ingresos proceden de la venta de chatarra y señaló que el hachís incautado en su domicilio de la calle Natividad era de su propiedad "al ser consumidor habitual", mientras que la metadona y los transiliums eran de su esposa, M.C.M., también acusada.
15.000 EUROS EN JOYAS
Preguntado por el Ministerio Público acerca de los 15.000 euros en joyas o los 10.000 euros en efectivo incautados en su domicilio, aseveró que procedían del dinero obtenido con la venta de chatarra, al mismo tiempo que afirmó que las pistolas de aire comprimido halladas en una finca de Gibraleón de su propiedad "eran para utilizarlas contra una diana y así distraernos".
Por su parte, la mujer de E.L.C., M.C.M., indicó que los 12 gramos de cocaína encontrados en su domicilio "eran propiedad de mi hijo E.L.M., que entró en una depresión muy grande cuando se enteró de que yo estaba muy enferma y podía morir", aunque quiso dejar claro "que no era consumidor habitual".
Asimismo, el hijo de ambos, E.L.M., dijo desconocer la existencia de una cuenta bancaria a nombre de uno de sus hijos con un saldo de 58.000 euros, mientras que su mujer, G.R.V., señaló que "conocía que existía esta cuenta, pero no la cantidad de la que disponía".
Por último, M.R.C., de nacionalidad marroquí, dijo que sus visitas a la vivienda de la calle Belén donde supuestamente se vendía la droga "se debían a mi amistad con Raúl", y aseguró no tener constancia de la existencia de la vivienda de la calle Nochebuena que presuntamente se utilizaba como almacén. Tras asegurar que "ni he visto que allí se vendiera droga ni yo he colaborado en su venta", informó de que actualmente se encuentra en tratamiento por su adicción a la cocaína, de la que, según dijo, llegó a consumir 1,5 gramos diarios.
El juicio, que contó también con la declaración por videoconferencia de los agentes que intervinieron en el caso, está previsto que concluya mañana martes con la presentación de los informes finales por cada una de las partes.
Fuentes de la Fiscalía de Huelva recordaron a Europa Press que el juicio se debió celebrar el pasado día 11 de diciembre, pero finalmente fue suspendido tras recusar el Ministerio Público a uno de los magistrados designados.
UNO DE LOS ACUSADOS, ASESINADO
Hay que destacar que en la vista del día 11 de diciembre la Sección Primera de la Audiencia Provincial también tenía previsto juzgar a J.M.P.L., acusado de un presunto delito de tráfico de sustancias estupefacientes por el que le pedían 13 años de cárcel, pero que falleció tres días después en la barriada de La Navidad tras recibir una puñalada supuestamente producida por un joven de 17 años, que fue detenido y se encuentra actualmente internado en un centro de menores.
Según la calificación provisional del fiscal, a la que ha tenido acceso Europa Press, todos los procesados fueron detenidos entre los días 7 y 20 de septiembre de 2005 por agentes del Grupo de Estupefacientes y de Delincuencia Económica de la Policía Nacional de Huelva como consecuencia de las investigaciones que desde hacía meses estaban desarrollando miembros de ese grupo, pues tenían conocimiento de la existencia de un grupo organizado para la distribución y venta de droga, que actuaba desde la barriada de La Navidad de la capital onubense.
Así, el fiscal relata que en la mañana del pasado 7 de septiembre de 2005, los agentes de la Policía Nacional establecieron un dispositivo de vigilancia en torno a una vivienda de la barriada de La Navidad, que constituía el domicilio habitual de R.B.G., su mujer E.L.M. y sus cuatro hijos, de 14, 12, cinco y un año de edad, respectivamente, y pudieron observar como la casa se encontraba ya protegida por los denominadores 'aguadores', así como que el menor E.B.L. salía del domicilio y se dirigía a otro inmueble de la barriada.
El Ministerio Público indica que, teniendo los agentes conocimiento de que el menor se dirigía a un inmueble que era empleado como almacén, y una vez obtenida la autorización judicial, a las 10.30 horas se procedió a la entrada y registro de la casa, en la que fueron hallados 683 gramos de hachís, siete gramos de aceite de hachís, dos kilogramos de cocaína y 30 gramos de heroína, entre otras cantidades destinadas al consumo de terceras personas a través de su venta.
Paralelamente a este registro, fueron igualmente practicados otros en los respectivos domicilios de todos los procesados, previa autorización judicial, donde fueron encontradas escopetas de aire comprimido, munición, una pistola semiautomática de fogueo, navajas, dinero y joyas procedentes de la venta de la droga, además de distintas cantidades de sustancias estupefacientes.
Además, se intervinieron numerosos vehículos, todos ellos, según el fiscal, adquiridos por los procesados con las ganancias obtenidas de la actividad ilícita descrita y que se encontraban en el interior de un recinto vallado anexo a una de las viviendas registradas.