Ampl De Mingo.- Acusada no premeditó los crímenes, no eligió a sus víctimas ni se ensañó en el ataque, según los peritos

Europa Press Nacional
Actualizado: jueves, 18 mayo 2006 19:42

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MADRID, 18 (EUROPA PRESS)

Noelia de Mingo, la médico residente de la Fundación Jiménez Díaz afectada de esquizofrenia paranoide que el 3 de abril de 2003 supuestamente apuñaló mortalmente a tres personas en los pasillos del centro e hirió de diversa consideración a siete más, no premeditó los crímenes, no eligió a sus víctimas y no se ensañó con ellas a la hora de perpetrar el ataque.

Así lo pusieron de manifiesto en la sexta sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Madrid las psicólogas y los forenses que trataron a De Mingo días después de que ocurriera el suceso quienes, en calidad de peritos, refirieron en la Sala que la imputada está aquejada de esquizofrenia paranoide, un trastorno mental en el que priman las alucinaciones, las alteraciones de la personalidad y los delirios.

A lo largo de su exposición, los expertos destacaron que Noelia de Mingo "no premeditó la conducta homicida que llevó a cabo" pero especificaron que la imputada "sí barruntaba amenazar y vengarse" de sus compañeros, a los que creía actores de una trama, "para defenderse de sus ataques".

"Noelia nos aseguró en una entrevista que mantuvimos con ella que estaba furiosa por la trama en la que estaban implicados los médicos de la Jiménez Díaz. Decía que todos eran actores y ella trabajaba en un circo. También manifestó que no había preparado la escena sino que el día de los hechos explotó y empezó a clavarle el cuchillo a todo el mundo al pensar que se reían de ella", indicó una de las peritos.

Los declarantes quisieron dejar claro que los ataques que llevó a cabo la procesada "se realizaron con una gran carga de violencia y con frialdad afectiva", lo que se puede traducir en angustia "pero no en ensañamiento", al tiempo que especificaron que la encausada no premeditó los hechos, sino que tan sólo pensó en defenderse de la presión a la que, en teoría, le sometían sus compañeros.

NO VERBALIZÓ LOS DELIRIOS

Las psicólogas y los forenses, que descartaron que Noelia de Mingo simulara padecer esquizofrenia, indicaron ante el juez que la procesada pensaba que eran sus compañeros de trabajo quienes más le iban a perjudicar, motivo por el que rechazó someterse a una evaluación psiquiátrica cuando sus superiores se lo ofrecieron.

Asimismo, subrayaron que si la imputada hubiera verbalizado sus delirios el brote no habría surgido porque habría descargado su ira poco a poco y señalaron que Noelia dejó de contarle a su familia las alucinaciones que tenía cuando éstos le aclararon que todo lo que veía "eran cosas que estaban en su cabeza".

Los peritos aseveraron que la encausada llevaba desde abril de 2001 sufriendo "por una patología que le hacía vivir en una realidad diferente a la del resto, con vivencias de riesgo de muerte", hecho que pudo desencadenar, a su juicio, el brote psicótico que supuestamente le llevó a matar a tres personas.

Los declarantes especificaron finalmente que no se puede afirmar que el tutor de la médico residente supiera que ésta estaba afectada de esquizofrenia paranoide antes de que ocurriera el suceso, a pesar de que sí conocía que la procesada había padecido con anterioridad al mes de abril de 2003 un trastorno ansioso depresivo.

En la sesión de hoy, los psicólogos y psiquiatras también hicieron referencia al estado de salud de algunas supervivientes, abundando en la situación de Lucía Socoro C.R., quien en agosto de 2005 presentaba un estrés postraumático en concurso con un trastorno depresivo mayor grave que le impedía salir de casa al pensar que se podía repetir la situación ocurrida en los pasillos de la Jiménez Díaz en abril de 2003.

El juicio a Noelia de Mingo continuará en la sección decimosexta de la Audiencia madrileña el próximo 29 de mayo con la declaración de más peritos.

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