Aparecen dos cráteres en los lugares en los que ETA avisó de la colocación de sendas bombas

Actualizado: lunes, 13 marzo 2006 13:24


ZARAGOZA/MIRANDE DE EBRO, 13 Mar. (EUROPA PRESS) -

Agentes de la Guardia Civil localizaron en la mañana de hoy un cráter en las proximidades del kilómetro 245,700 de la autopista AP-68 en sentido Zaragoza y otro en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro que podrían haber sido provocados por el estallido de sendas bombas colocadas por ETA.

A las 9,35 horas de esta mañana, efectivos de la Guardia Civil de Zaragoza han hallado los efectos del explosivo en el kilómetro 245,700 de la autopista AP-68 en sentido Zaragoza, según informan fuentes de la Delegación del Gobierno en Aragón.

Los restos se encontraban en el exterior de la valla que delimita la autopista a unos cuatro kilómetros de la misma, en un campo labrado. La carga explosiva empleada es de escasa potencia y ha producido un pequeño cráter de unos cuatro centímetros de profundidad y quince de diámetro. Alrededor del agujero se han hallado restos de plástico y otros componentes.

El equipo de desactivación de explosivos de la Guardia Civil se ha encargado de recoger los restos de la explosión para su posterior análisis.

Agentes de la Guardia Civil también localizaron en la mañana de hoy un cráter en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro que podría haber sido provocado por el estallido de una bomba colocada por ETA.

Se trata de un cráter de 1,5 metros de diámetro y 0,70 metros de profundidad, según confirmó la subdelegada del Gobierno en Burgos, Berta Tricio.

El pasado jueves, día 9, una llamada en nombre de ETA alertó de la colocación de una bomba en esta localidad del norte de Burgos que estaba previsto que estallase entre las 7 y las 9 horas, aunque la Guardia Civil cree que pudo haber estallado en la tarde del día 8 por los testimonio de testigos que hablan de una explosión ocurrida dicho día. El cráter apareció en un paraje cercano a la central de Cabriana, a la salida de la AP-1.

A pesar de que el pasado jueves no se encontró el explosivo, las labores de búsqueda del artefacto se reanudaron a primera hora de la mañana de hoy después de que ayer por la tarde se iniciase un nuevo rastreo.

La búsqueda comenzó en la tarde de ayer después de que una comunicante anónima que dijo hablar en nombre de ETA y que se manifestó en euskera llamó en la tarde de ayer a la asociación de ayuda en carretera DYA de Guipúzcoa para recordar que aún quedan por localizar dos de los cuatro artefactos sobre los que se alertó el pasado jueves, día 9, y para informar sobre su ubicación.

Fuentes de la DYA explicaron a Europa Press de que la llamada se registró a las 17.49 horas y que en ella la comunicante indicó que uno de los artefactos está situado en las inmediaciones de Miranda de Ebro (Burgos), en las proximidades de la central Cabriana, y que el segundo se encuentra en la carretera nacional N-242, en Zaragoza, en un puente próximo a dos torres eléctricas.

No obstante, la llegada de la noche impidió a los efectivos de ambos cuerpos localizar artefacto alguno, si bien en ambos casos indicaron que continuarán con la búsqueda hoy lunes.

Fuentes policiales apuntaron, incluso, la posibilidad de que los artefactos hubieran explotado sin que nadie se haya percibido de ello dado que, según las referencias recibidas, son de escasa potencia y están situados en zonas de campo y, en todo caso, de escaso tránsito.

Tras el anuncio, la subdelegada del Gobierno en Burgos, Berta Tricio, ordenó acordonar la zona de la Cabriana, donde previsiblemente se encuentra el artefacto explosivo anunciado por la banda terrorista ETA.

Cabe recordar que el pasado jueves un comunicante que dijo hablar en nombre de ETA alertó a la DYA de la colocación de tres artefactos en los trayectos de tres carreteras diferentes, una de ellas a la altura de la AP-1 a la altura de Miranda de Ebro (Burgos).

Como consecuencia de este aviso el tráfico fue cortado durante más de una hora y media para que se restableciera más tarde tras la aparición de un saco bajo un puente, lo que hizo confirmar a la Subdelegación del Gobierno de Burgos que era una falsa alarma.