MADRID 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Asociación de la Prensa de Bahréin (BPA) ha condenado a través de un comunicado la agresión por parte de la Policía antidisturbios del periodista Ahmed al Bosta este lunes en la capital, Manama.
La BPA ha indicado que Al Bosta ha sido "pateado, golpeado y abofeteado" tras ser detenido y ha agregado que las fuerzas de seguridad han usado "un lenguaje abusivo contra él".
Al Bosta ha comunicado a la organización que fue detenido cuando los agentes antidisturbios dispersaban una manifestación en Manama y ha agregado que estuvo bajo control policial durante 30 minutos, en los que los agentes no dejaron de humillarle "con palabras de abuso y desdén".
Así, la BPA ha argumentado que los ataques contra periodistas en el país "son un testimonio de que la guerra contra la libertad de prensa no ha acabado". Este ataque se ha producido algo más de una semana después del asesinato del periodista Ahmed Ismael Hassan Al Samadi, de 22 años de edad, quien regularmente grababa y realizaba fotografías durante las manifestaciones.
Al Samadi fue tiroteado el 31 de marzo por milicias pro gubernamentales cuando hacía fotos en una manifestación pro democrática en la localidad. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ya ha solicitado la apertura de una investigación sobre el fallecimiento.
"La BPA está profundamente preocupada por las continuas y sistemáticas violaciones del régimen contra los profesionales de la prensa, especialmente por la impunidad de que disfrutan los responsables", ha dicho en el comunicado. "Esto se ve en la estrategia de temporización mostrada por el régimen a la hora de llevar ante la justicia a los responsables al tiempo que los asesinos del bloguero Zakaria al Ashiri y el editor Karim Fajrawi y los responsables de torturar a múltiples trabajadores de medios de comunicación siguen libres", ha añadido.
Asimismo, la organización ha denunciado el despido arbitrario de 90 trabajadores de los medios --tanto públicos como privados-- y su no readmisión a pesar de las promesas del Ejecutivo de restituirles en sus puestos.
"La BPA hace responsable a las autoridades de Bahréin de la seguridad de los que trabajan en el campo d los medios de comunicación, cuyos responsables están llevando a cabo su papel en unas condiciones muy difíciles en una capital calificada por Reporteros Sin Fronteras (RSF) como una de las diez más represivas contra la libertad de prensa en el mundo", ha apostillado.
Bahréin está gobernado por la monarquía suní de los Al Jalifa, si bien la mayoría de la población es chií. El inicio de las revueltas hace algo más de un año tuvo como germen las demandas por injusticia y discriminación por parte de la minoría suní hacia la mayoría chií en asuntos laborales, sanitarios y educativos. Bahréin solicitó la entrada de tropas saudíes y emiratíes para aplastar las revueltas en un intento de restaurar el orden anterior.
Los reiterados intentos de entablar un proceso de diálogo nacional que integre a las autoridades bahreiníes y a los partidos de la oposición chií se han contado por fracasos, en un contexto de creciente tensión y de constantes denuncias de arrestos arbitrarios y represión.