MADRID 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a 23 años de prisión a los miembros de ETA Asier Arzalluz Goñi y Aitor Aguirrebarrena Beldarrain por los delitos de estragos terroristas y lesiones, en relación a la colocación de un coche-bomba en las cercanías de un cuartel de la Guardia Civil de la localidad de Agreda (Soria) en julio de 2000.
El tribunal considera probado que los condenados, integrantes del "comando Ttotto", recibieron una orden del ex dirigente etarra Francisco Javier García Gaztelu, "Txapote", para atentar contra el cuartel de la Guardia Civil de Agreda.
Los condenados colocaron en julio de 2000 un artefacto explosivo en un aparcamiento próximo al cuartel, cuya carga era de unos 15 kilos de un alto explosivo sólido rompedor. La explosión afectó a varios edificios que se encontraban en las proximidades.
La Sección Primera de lo Penal basa su condena en la declaración policial efectuada por el miembro de ETA Ignacio Guridi Lasa, condenado, entre otras causas, a 30 años de cárcel por el asesinato el 7 de mayo de 200 del periodista y columnista del diario 'El Mundo' José Luis López de Lacalle en Andoain (Guipúzcoa).
"SALÍA UNA CASA ROSA"
La Sala recuerda que entonces Guridi Lasa reconoció la participación de los integrantes del "comando Ttotto" en la colocación del cocha-Bomba y manifestó que fue "Txapote", quien les facilitó la ubicación del cuartel de Agreda y una furgoneta con explosivos para realizar el atentado.
Sin embargo, el etarra se desdijo en la vista oral de estas manifestaciones, al afirmar que había sido "narcotizado" por los miembros de los Cuerpos de Seguridad. Guridi Lasa relató incluso ante el tribunal que notó que estaba drogado porque "miraba a la pared y veía que salía una casa rosa, y luego de repente volvía a ver la pared".
El tribunal menciona para corroborar esta declaración, la testifical prestada en el juicio por el instructor y el secretario que intervinieron en la declaración de Guridi Lasa en dependencias de la Ertzaintza. Ambos manifestaron que la declaración fue "voluntaria, detallada y concreta" y se practicó en presencia de su abogado.