La Audiencia Nacional juzga este jueves a 'Anboto' por colocar una "bomba trampa" a las puertas de un bar en el 87

Archivo - María Soledad Iparraguirre en el juicio por su colaboración en un atentado del 94 en Getxo.
Archivo - María Soledad Iparraguirre en el juicio por su colaboración en un atentado del 94 en Getxo. - CEDIDA POR JUSTICIA - Archivo
Publicado: domingo, 25 abril 2021 11:40

Un doble detonador buscaba una segunda explosión que hubiera acabado con la vida de los guardias civiles, pero los agentes se percataron

MADRID, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional juzga este jueves a la exjefa de ETA María Soledad Iparraguirre, alias 'Anboto', por la colocación en 1987 de un artefacto explosivo trampa a las puertas de un bar de una localidad guipuzcoana de Escoriza con el que buscaba causar la muerte de los guardias civiles que acudiesen a desactivarlo.

El Ministerio Fiscal solicita en su escrito de acusación 61 años de cárcel por hechos que considera que son constitutivos de dos delitos de asesinato frustrado, un delito de estragos y un delito de pertenencia a organización terrorista, con arreglo al Código Penal vigente en el momento de los hechos --hoy ya derogado--.

En las conclusiones provisionales, el fiscal del caso apunta que 'Anboto' pertenecía al comando 'Araba' en el momento en el que se produce el atentado. Y añade que por los mismos hechos ya han sido condenados el resto de terroristas que pertenecieron a ese comando, Alberto Plazaola, Juan Carlos Arruti 'Azpitarte', José Ignacio Gaztañaga y José Javier Arizcuen.

EL EXPLOSIVO TRAMPA DEL BAR NAIRA

Según el relato de los hechos, ese comando no sólo operaba en Álava sino que lo hacía en zonas limítrofes de Guipuzcoa y Vizcaya. Y en ese contexto, el comando al que pertenecía 'Anboto' --el fiscal usa el apodo de 'Marisol' para referirse a ella-- concibe un plan para colocar ese artefacto en mayo a las puertas del bar Naira.

Lo que buscaban era tender una trampa a los agentes de manera que la bomba explotara cuando se acercaran a intentar desactivar el paquete bomba. El escrito detalla que tras praparar el explosivo, Anboto, Arruti y Arizcuren se dirigieron con la carga desde Vergara a la localidad donde iban a colocarlo.

La artimaña consistía en una caja grande de cartón que contenía dos kilogramos de 'trilita' que estaba conectada mediante conductores eléctricos con una caja de plástico más pequeña que incluía un sistema de detonación con temporizador. La idea era que la caja de cartón estallara a los tres minutos de que se produjera la desconexión de la caja pequeña de plástico.

El 22 de mayo del 87 lo colocaron a las puertas del bar en la madrugada y activaron el detonador de la caja de plástico para que detonara pasadas las 8.45 horas. Tras esto dieron aviso al diario Egin y la noticia llegó tanto a la Ertzaintza como a la Guardia Civil y ambas fuerzas se personaron en el lugar. Mientras la policía autonómica desalojó la zona, el equipo de desactivación de explosivos de la Benemérita procedió a desenganchar las dos cajas por medio de robots.

Tras desconectarlas, y previendo que la caja de cartón pudiera contener material explosivo, se retiraron 80 metros por precaución. Y a los tres minutos se activó el detonador y he hizo estallar la trilita. El Ministerio Público indica que la explosión alcanzó un radio de 10 metros, se produjeron destrozos en inmubles y vehículos, y en caso de que hubiera habido gente cerca podría haber causado muertes.

ANBOTO EN LA AUDIENCIA NACIONAL

El nuevo juicio a Anboto llega después de que este mismo mes de abril la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional la absolviera de haber participado en 1985 en la colocación de un coche bomba en las inmediaciones del polideportivo de Mendizorroza, en Vitoria. La decisión, recurrida por la Fiscalía, se adoptó al carecer "de una prueba de cargo suficiente para condenar a la procesada".

En marzo sí fue condenada por la Audiencia Nacional a 61 años de cárcel por ordenar dos acciones terroristas, una de ellas el atentado contra los policías que vigilaban la entrada de las oficinas del DNI en Bilbao en enero de 1995, en el que murió un agente y otro resultó gravemente herido, y la otra la perpetrada contra una entidad bancaria de Getxo en 1994.

Esas dos sentencias condenatorias se sumaban a la condena, ya firme por el Tribunal Supremo, que confirmó 122 años de cárcel por ordenar y facilitar material para cometer otro atentado, el del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo, perpetrado en 1995 en León.

Anboto ha sido absuelta también en relación al atentado cometido en julio de 1997 contra una comisaría de Policía en Oviedo al entender que no había prueba de que participara en la entrega de material explosivo a un comando de la banda terrorista.

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