PAMPLONA 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Sección Primera de la Audiencia de Navarra ha rebajado de 5 años y 3 meses a 3 años de prisión la condena impuesta a un acusado de haber agredido a dos policías municipales de Pamplona el 7 de julio de 2011 al paso de la procesión de San Fermín.
La sentencia es firme, después de que la Audiencia de Navarra haya estimado en parte el recurso de apelación presentado por el acusado, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia (TSJN). Ahora se le condena por un delito continuado de atentado en concurso con un delito de lesiones y falta de lesiones, concurriendo la agravante de reincidencia.
En la sentencia se da por probado que el 7 de julio de 2011, hacia las 10.15 horas, un grupo de personas, entre las que se encontraba el acusado, empezó a proferir gritos como 'Gora ETA' o 'te voy a matar', así como a lanzar salivazos, a agentes que conformaban el dispositivo policial desplegado en Mercaderes, al paso de la procesión de San Fermín.
El acusado, recoge el fallo, dijo "reiteradamente" a uno de los agentes que le iba a "pegar" haciendo además "ademán con la mano de colocarse una pistola en la sien". Finalmente, cuando los agentes tuvieron que ampliar la vía ante la llegada de la comitiva municipal, el acusado lanzó un puñetazo al agente anteriormente citado, que le causó lesiones consistentes en contusión molar y en el ojo izquierdo.
El agente, explica la sentencia, fue conducido por sus compañeros al Ayuntamiento y se comunicó al resto de patrullas la descripción de su agresor. Un policía municipal, que estaba patrullando de paisano por el Casco Viejo, localizó a un hombre de estas características, que fue reconocido como autor de la agresión por el agente herido.
En ese momento, se indica en el fallo, el policía municipal de paisano se acercó al acusado, quien se negó a identificarse e hizo "ademán de marcharse", por lo que se produjo un forcejeo y el procesado agarró "fuertemente al agente del brazo izquierdo, tirando del mismo violentamente hacia la entrada de un bar, de donde salieron otras dos personas no identificadas que le ayudaron a introducir al agente en su interior".
Según señala la sentencia, como consecuencia del tirón que el acusado realizó al agente, éste sufrió "rotura del tendón distal de músculo bíceps radial derecho, y severo hematoma en el brazo derecho, que precisaron de tratamiento médico quirúrgico para su curación". A consecuencia de ello, se le ha reconocido al agente una incapacidad permanente parcial para su trabajo del 6 por ciento.
Una vez dentro del local, varias personas tiraron al agente al suelo y el acusado aprovechó para bajar a la zona del comedor. El agente descendió tras él, pero una camarera del local le impidió el paso al lugar al que había accedido el agresor, según consta en la sentencia. Fueron llegando más agentes y finalmente accedieron al lugar, comprobando que desde allí el acusado podría haber vuelto al exterior.