CÓRDOBA 7 May. (EUROPA PRESS) -
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba ha aumentado a dos años y seis meses de prisión la condena para Javier López Villanueva, de 23 años, por un accidente de tráfico ocurrido el 18 de septiembre de 2003 en el término municipal de Montilla (Córdoba) en el que fallecieron cinco obreros de la construcción cuando se dirigían desde Aguilar de la Frontera (Córdoba) a trabajar a la capital.
Así lo explicaron a Europa Press fuentes cercanas al caso después de que el pasado día 2 de mayo se celebrara una vista en relación a los recursos de apelación que presentaron el ministerio fiscal y la acusación, en representación a dos familiares de los fallecidos, sobre la sentencia que en su día dictó el Juzgado de lo Penal número uno de Córdoba, que condenaba al joven a un año y nueve meses de prisión.
De este modo, la Audiencia le aumenta la pena al no estimar la atenuante que había contemplado la sentencia del juzgado de lo penal de reparación voluntaria del daño, basada en que la compañía aseguradora indemnizó a los afectados.
Cabe recordar además que en la sentencia se consideró al joven responsable de cinco delitos de homicidio imprudente y tres delitos de lesiones por imprudencia grave. Además, el juez determinó la retirada de dos años y seis meses del permiso de conducir.
En cuanto a los hechos probados, se consideró que hubo una distracción por somnolencia y descartó que el accidente tuviera lugar por un adelantamiento imprudente, tal y como defendían el ministerio fiscal y la defensa.
No obstante, la resolución judicial señalaba que los hechos fueron consecuencia de una imprudencia grave, si bien apuntaba que el joven, como mucho, iba a 20 Km/h más de lo permitido, ya que el límite estaba en 70 km/h y como máximo iría a 90 Km/h.
"IMPOSIBLE QUE ME DURMIERA"
Cabe recordar que en su declaración durante la vista oral, el joven afirmó que no hizo ningún adelantamiento, que había dormido lo suficiente, unas siete horas, y que en ningún momento se sintió mal físicamente, aunque a menudo sufría bajadas de tensión. Añadió también que "no pudo ser una distracción" y que era "imposible" que se durmiera "porque no tenía sueño y había descansado".
El suceso tuvo lugar a las 7.10 horas del 18 de septiembre de 2003, en el kilómetro 43 de la N-331, dentro del término municipal de Montilla (Córdoba), resultando implicados en el mismo cuatro vehículos, uno de ellos un Seat Toledo, con matrícula de Sevilla, conducido por Javier López, que entonces tenía 20 años, y que resultó herido grave, siendo usuario del mismo F.J.G.M., de 21 años, que sufrió lesiones leves.
Los cinco fallecidos eran todos ocupantes de una furgoneta, de la que sólo salió con vida, herido leve, el conductor de la misma, M.U.A., de 43 años, padre de uno de los fallecidos, M.U.M., de 19 años, resultando también muertos F.J.L.A., de 23 años, J.J.A.P., de 33 años, J.C.C., de 44 años, y J.A.M. de 40 años.
El accidente se produjo cuando el Seat Toledo invadió la parte izquierda de la calzada, colisionando frontalmente contra una furgoneta Opel Mobano, con matrícula de Córdoba, en la que se desplazaban seis obreros de la construcción de Aguilar de la Frontera, resultando muertos los cinco usuarios del vehículo y herido leve el conductor, que a día de hoy continúa con daños psicológicos, puesto que uno de sus hijos, que falleció en el accidente, también viajaba con él.
Como consecuencia del impacto con el Seat Toledo, la furgoneta invadió la parte izquierda de la calzada, recibiendo el impacto frontal de un camión Scania, con matrícula de Córdoba, conducido por J.A.B.F., de 54 años, que resultó herido leve, mientras que el Seat Toledo continuó en su sentido de marcha, colisionando frontalmente contra una furgoneta Citröen Berlingo, conducida por F.P.V.E., 45 años, y con los ocupantes F.P.O.G., de 21 años, y D.G.E., de 45 años, que resultaron todos heridos leves.
Por tales hechos, el ministerio fiscal y la defensa acusaban a Javier López Villanueva de haber cometido cinco delitos de homicidio imprudentes --por cada uno de los cuales solicitaba dos años de prisión-- y dos delitos de lesiones por imprudencia grave, por los que solicitaban un año de cárcel. Sin embargo, sólo cumpliría en prisión la infracción más gravemente penada, es decir, cuatro años de prisión.
"NO HAY CONSUELO QUE LO PAGUE"
Por su parte, la madre de uno de los fallecidos, Paula Moreno, se mostró emocionada por la decisión de la Audiencia, porque aunque sabe que no le van devolver a su hijo, no quiere que ninguna madre sufra lo mismo que ella porque "eso no hay consuelo que lo pague, ni siquiera la cárcel".
La madre mostró su esperanza en que los conductores sean más respetuosos y "no vuelvan a pasar más sucesos como éste".