AV.- Uno de los hijos del acusado de matar a su mujer en Murcia dice que la humillaba y que su madre vivía "sumisa"

Actualizado: miércoles, 2 diciembre 2009 17:04

Los médicos lo califican como "un paciente impaciente, autoritario, exigente y violento" y aseguran que no sufre ningún trastorno mental

MURCIA, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

Uno de los hijos de José Vicente M., a quien se le acusa de matar en enero del pasado año a su mujer y llevar su cadáver en coche hasta la Jefatura Superior de la Policía Nacional de Murcia, aseguró hoy, durante la segunda sesión del juicio con jurado popular que se celebra en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, que su madre "era sumisa, estaba al servicio de mi padre las 24 horas del día", hasta el punto de llegar a ser algo normal el que la tratase con "desprecio y humillación".

A preguntas del Ministerio Fiscal, puntualizó que la relación entre ambos "no era buena e iba por temporadas", aunque cuando había calma en casa, ésta era "tensa", ya que "había altibajos". "No era un ambiente bueno desde que tengo uso de razón", sentenció.

Comentó que los enfrentamientos con su madre sucedían en cualquier día, por ejemplo cuando el trabajo no le iba muy bien a su padre; una situación que no se originó a raíz de que el presunto homicida enfermera y padeciera los dolores de espalda por los que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente, sino que "siempre era así, agresivo, y a quien no se le podía decir que no".

El trato que mantenía el acusado con su mujer no respondía tampoco a gestos de cariño, según comentó uno de los hijos, además de que "le recriminaba que no hacía las cosas bien". Por contra, se refirió a su madre como una mujer "tranquila, que no descuidaba a ninguno de mis hermanos ni a mí" y que acompañó siempre a su padre al médico, a pesar de que en algunos momentos de su vida no compartían el domicilio conyugal.

Pese a la actitud de su padre, dejó claro que en ningún momento le dio indicios de que éste fuera celoso y que las discusiones que mantenían se debiera a ello. Sólo hubo una situación parecida, recordó, cuando su madre se marchó una temporada a vivir con su hermana a Alicante y su marido le dijo que "allí no podría vivir si no se prostituía".

Todo ello derivó en que su madre se marchara de casa una vez que sus dos hijos se fueron, porque "no aguantaba más y estaba harta de ser humillaba", volviendo siempre finalmente, y una de las veces incluso el procesado llegó a encerrarla en casa. Su padre respondía a esta actitud argumentando que "tenía que volver para cuidarlo, porque era su obligación".

El día del crimen lo recuerda como un día en el que su padre estaba "calmado y se podía conversar con él", y en términos globales, manifestó que no temió por la vida de su madre, aunque vivía "asustado y tenso en caso por su personalidad autoritaria".

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