AVT.- Cientos de miles de personas exigen a Zapatero que no negocie con ETA en la primera manifestación desde la tregua

Actualizado: sábado, 10 junio 2006 23:29

Rajoy y la cúpula del PP escuchan a Alcaraz acusar al presidente de negociar con ETA mientras se fotografiaba firmando el Pacto Anti-ETA

MADRID, 10 Jun. (EUROPA PRESS) -

Cientos de miles de personas se concentraron hoy en la Plaza de Colón de Madrid y sus aledaños para exigir al Gobierno que no negocie con ETA en ningún caso. El presidente del PP, Mariano Rajoy, y toda la cúpula del partido respaldaron la cuarta convocatoria de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) desde que José Luis Rodríguez Zapatero llegó a la Moncloa y la primera desde que la banda terrorista anunció en marzo un alto el fuego permanente.

Rajoy se dirigió brevemente a los medios y le dijo a Zapatero que los congregados querían la derrota de ETA y no "un Gobierno débil que claudique" ante la banda terrorista pagando un "precio político" por el fin de la violencia. El líder de la oposición recurrió a la actitud de todos los Gobiernos en la historia de la democracia para contraponerla a la del Ejecutivo de Zapatero.

El baile de cifras se repitió al igual que en las manifestaciones anteriores. Esta vez, la Comunidad de Madrid cifró la asistencia, al poco de acabar el acto, en alrededor de un millón de personas, mientras que la Delegación del Gobierno, dos horas después, ofreció el dato de 242.923 asistentes. La organización esta vez no se pronunció y el presidente de AVT, Francisco José Alcaraz, dijo a Europa Press que no pensaba entrar en "una guerra de cifras" limitándose a calificar la manifestación de "una de las más grandiosas".

El presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, clamó en su discurso que ha quedado acreditada su denuncia de que el Gobierno negociaba con ETA. Mientras, añadió, el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha preocupado más por "intentar hundir y desacreditar a la AVT que en luchar contra los terroristas".

"El temor del Gobierno era que los españoles descubriéramos sus contactos con Batasuna-ETA mientras que Rodríguez Zapatero se fotografiaba firmando el Pacto Antiterrorista, haciendo un juego muy sucio, jugando con dos barajas. A eso, señor presidente del Gobierno, se le llama 'traicionar a los españoles'", afirmó Alcaraz durante el discurso de clausura.

APLAUSOS PARA LA HERMANA DE JIMÉNEZ BECERRIL.

Una de las intervenciones más aplaudidas fue la de Teresa Jiménez Becerril, la hermana del concejal del PP de Sevilla asesinado junto a su mujer por ETA. Teresa viajó desde Italia, donde vive, para tomar la palabra en la manifestación. "Nadie puede venir a decirme que ambas partes tienen que ceder, que este 'conflicto' como les gusta llamarlo, ha causado dolor a ambos bandos... pero, qué bandos, qué conflicto", se preguntó. En un momento dado, dijo que con su madre no habían podido los terroristas, retrocedió unos pasos, la tomó del brazo y la llevó hasta el micrófono entre los aplausos de la multitud.

"No, señor Zapatero, no tiene usted mi bendición para buscar una paz que yo no pueda explicar a los hijos de mi hermano cuando me pregunten: ¿Cómo acabó ETA? Y yo les conteste que ETA no se rindió, que quien entonces gobernaba decidió aceptar lo que cuando mataron a sus padres era inaceptable. Si quiere, señor Zapatero, le mando a mis sobrinos a Moncloa y les explica usted porque está siendo tan complaciente con quienes ordenaron la muerte de sus padres", le espetó al presidente Teresa Jiménez Becerril, ataviada con una camiseta con las fotografías de su hermano y su cuñada.

María del Mar Blanco dijo que el único final que cabe para ETA es la "derrota" de los terroristas. Pidió que se active el Pacto Antiterrorista y le dijo al Gobierno que se siente preocupada y avergonzada de que vaya a negociar con los que les han "amargado la vida durante tantos años". El público respondía con gritos de "Zapatero, embustero", mientras algunos portaban una rosa blanca simulando manchas de sangre, en respuesta a la iniciativa de un grupo de actrices a favor del "proceso de paz".

"QUEREMOS SABER".

Las víctimas del 11-M estuvieron representadas por el nuevo vicepresidente de la AVT, Gabriel Moris, padre de un joven fallecido en los atentados, y el de un militar que viajaba en los trenes y resultó gravemente herido, Javier Gismero, cuyas intervenciones fueron acompañadas del grito "queremos saber". Moris dijo que el voto del 14 de marzo de 2004 "llevaba implíicito el esclarecimiento de los atentados, el castigo de los implicados en la trama y la prevención de nuevas acciones terroristas" y concluyó: "¿Alguien puede demostrar que se ha hecho algo de esto?".

En una jornada veraniega, menos calurosa que las registradas en la capital en la última semana, cientos de miles de personas se fueron acercando a la Plaza de Colón desde primera hora de la tarde. La Plaza estaba plagada de puestos que vendían banderas de España, camisetas reclamando la verdad del 11-M y voluntarios que repartían carteles con los lemas de la manifestación y otros mensajes, como el que preguntaba a "Zapatero, Blanco y Rubalcaba, ¿quién ha sido?" sobre los colores de la enseña nacional.

En una de las esquinas de la Plaza, la que coincide con las calles de Serrano y Jorge Juan se habilitó una entrada para las autoridades. La presidenta del PP vasco, María San Gil, fue de las primeras en llegar y no paró de saludar a los jóvenes de Nuevas Generaciones, que repartían pegatinas donde se leía 'ETA, no'.

Por allí fue pasando una amplia representación de presidentes autonómicos del PP y Miguel Sanz, de UPN, que luego se situó en la Plaza tras una pancarta que decía "Navarra no es negociable". Francisco Camps y Esperanza Aguirre se unieron a otros 'barones' populares como Alberto Núñez Feijoo. Ana Pastor, Miguel Arias Cañete, Ignacio Astarloa, Ana Botella --sin Aznar que apoyó el acto pero excusó su presencia por un compromiso adquirido en el extranjero-- y el portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, acompañado de su hija, fueron recorriendo entre aplausos el pasillo habilitado por la organización.

PITOS Y APOYOS PARA GALLARDÓN.

Cuando hizo su aparición el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, la reacción de los congregados se dividió entre los que aplaudían y los que le gritaban. Al final se superpusieron los gritos de "alcalde, alcalde". En ese momento, llegó el ex ministro del Interior Jaime Mayor Oreja, que abrazó efusivamente al regidor de la capital. La unanimidad en las consignas apareció con la llegada de Mariano Rajoy. "Presidente, presidente", le gritaron los manifestantes mientras recorría el pasillo. Unos metros por detrás, Angel Acebes, también aclamado por la multitud.

Al terminar Gallardón de recorrer el espacio entre la esquina de la Plaza y el lugar reservado a las autoridades tuvo que volver a oír gritos de "fuera, fuera", al tiempo que parte de los manifestantes gritaban "Federico, Federico", en referencia al periodista de la Cope, a lo que sus compañeros de partido reaccionaron arropándole, incluido Rajoy. Cuando finalizó el acto, Rajoy abandonó el lugar en compañía del alcalde. Entonces, los gritos fueron unánimes: "presidente, presidente".

Entre el público se pudo ver a Rosa Díez y en otro punto a Maite Pagazaurtundua, la presidenta de la Fundación de Víctimas que decidió acudir a título individual tras el anuncio de Patxi López de que el PSE se iba a reunir con los dirigentes de Batasuna. En las primeras filas, el líder ultraderechista Ricardo Sáinz de Ynestrillas siguió atentamente todas las intervenciones.