MADRID, 17 Ene. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José María Barreda, se mostró hoy convencido de que en cinco años, dos millones de castellano-manchegos necesitarán el agua del Tajo para beber, uno de los motivos que esgrimió para señalar que el trasvase de este río al Segura tiene "los años contados" por la lógica de la legislación española y de la directiva-marco europea en este sentido.
Durante su intervención en la tribuna Madrid Punto de Encuentro, el presidente castellano-manchego se refirió ampliamente a esta cuestión tras recordar que la participación de su Comunidad en los órganos de gestión del agua es una cuestión que se está debatiendo de cara a la reforma del Estatuto de Autonomía.
Tras explicar que este proceso se realizará por consenso, mediante un pacto con el PP sobre el procedimiento y contenido de la reforma, y ajustado a la Constitución, Barreda resaltó que el objetivo final de la misma será que Castilla-La Mancha consiga el mayor nivel competencial y de autogobierno permitido en la Carta Magna. Dijo que como "parte de un todo", la mejor forma de progresar y mejorar el bienestar de los ciudadanos de la región es conseguir "más España", y por tanto, "más Castilla-La Mancha".
En este escenario enmarcó su petición de participación autonómica en las confederaciones hidrográficas, dado que, a su entender, así lo obliga el hecho de que cuestiones como la agricultura, el medio ambiente, el urbanismo o la vivienda --directamente relacionadas con la gestión hídrica-- estén transferidas a las comunidades autónomas.
"La falta de agua no debe ser un factor limitante de crecimiento y desarrollo para una región", remarcó, opinando que actualmente la infraestructura del trasvase no se habría realizado, y que el hecho de que "ya esté hecho" no es razón suficiente para el mantenimiento de su explotación.
Por todo ello, Barreda consideró imprescindible que las CC.AA. sean determinantes en los órganos de gestión del agua, al tiempo que precisó que no se trata de una petición "fundamentalista", sino acorde con la Ley, que, refirió, establece que la cuenca cedente es la prioritaria y que el uso primario del agua debe ser el consumo humano. "Tenemos necesidades crecientes y reclamamos el derecho a ejercer esa prioridad", enfatizó.
"SOLO PARA BEBER"
Es más, reiteró que se seguirá transfiriendo este recurso desde el Tajo-Segura "siempre que sea para beber", lo que le llevó a rechazar "acusaciones sobre nuestra falta de solidaridad".
Dicho esto, el presidente de Castilla-La Mancha insistió en que el trasvase tiene "los años contados" por la "lógica" de los acontecimientos, y de la aplicación de la legislación española y de la directiva-marco europea.
Barreda argumentó que el Gobierno central ha sido "sensible" a esta situación y ha puesto en marcha en los últimos meses infraestructuras para que la Comunidad pueda beneficiarse del trasvase. Además, recordó que él mismo le comunicó al presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, que el desarrollo sostenible de un territorio no puede basarse "sine die" en un recurso "escaso y lejano" como el agua, cuando además "tiene que recorrer 300 kilómetros de tierras secas" para llegar a su destino.
"El agua es de todos los españoles, pero nosotros tenemos prioridades y las vamos a ejercer", afirmó, tras avisar que en Castilla-La Mancha "no hay mar que desalar" y sí en Levante, "una posibilidad a la que tendrán que ir acostumbrándose".
En el coloquio posterior a la conferencia, y preguntado por esta cuestión, el presidente castellano-manchego se refirió más concretamente a la situación de la cabecera del Tajo al detallar que el embalse de Entrepeñas está al 11,3% de su capacidad, y que persiste, por tanto, una "situación dramática" en la zona del trasvase.
No obstante, preguntado por las declaraciones de Valcárcel sobre el riego de "lechugas o campos de golf", Barreda se mostró convencido de que el golf "gasta menos agua y da menos trabajo que muchas hectáreas de regadío", y que además genera riqueza y supone un punto de atracción para cualquier Comunidad.
DELIMITAR ZONAS REGABLES
Pero seguidamente, avisó que Castilla-La Mancha tiene "mucho que decir" sobre el uso del agua en Murcia, y sobre la obligatoriedad de "delimitar la zona regable" del Tajo-Segura. De hecho, en este punto, advirtió de que en cinco años, unos dos millones de castellano-manchegos van necesitar el agua del Tajo para beber, para lo que tendrán "prioridad".
Durante su conferencia inicial, Barreda también hizo una radiografía de la situación actual de la Comunidad, destacando que cuenta con un capital humano "mejor preparado que nunca". Dijo tener "muchas esperanzas" en proyectos como el Plan Regional de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación aprobado recientemente, en la mejora de las telecomunicaciones, y en las "grandes ventajas y oportunidades que actualmente existen en la región".
Reiteró que antes de cinco años, y en virtud del protocolo del Plan de Infraestructuras (PEIT) firmado con la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, la Comunidad dispondrá de 2.800 kilómetros de autovías y autopistas, y más de 1.000 kilómetros de vías de Alta Velocidad, así como con los aeropuertos de Albacete y Ciudad Real.
"Nuestra autoestima se ha fortalecido, pulverizando los tópicos, lugares comunes y viejos complejos del pasado", indicó, mientras que defendió que la región dispone actualmente de una estabilidad política y social basada en la unidad y el diálogo, hasta el punto de que existe una "cultura de pacto" y de que la Junta de Comunidades "gobierna en coalición con la sociedad".
Barreda fue presentado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien habló de Castilla-La Mancha como una de la regiones "más universales de España" gracias, sobre todo, al Quijote de Miguel de Cervantes y a la celebración del IV Centenario de su primera publicación. Enumeró factores determinantes que hacen que Madrid y Castilla-La Mancha sean comunidades autónomas "complementarias" para el desarrollo, el progreso y el bienestar, y con "intereses comunes" como las infraestructuras o el abastecimiento de agua.
Después, el presidente castellano-manchego se refirió a la jefa del Ejecutivo madrileño al celebrar la "buena relación de vecindad" entre ambas comunidades, algo "normal", puesto que, según subrayó, el Estado complejo que es España "obliga al entendimiento y a la coordinación entre administraciones".