BILBAO, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -
El dirigente de Batasuna Pernando Barrena consideró hoy que el magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska "juega un papel de francotirador" que, si bien responde a "un esquema político patrocinado por el PP", el Gobierno del PSOE le permite "que mantenga el rifle en las manos, que no es otro que la Ley de Partidos". A su juicio, los socialistas tienen "interiorizado que van a entrar en un proceso de negociación", y pretenden tener "una izquierda abertzale lo más debilitada" sentada en la mesa.
En una entrevista concedida a El Diario de Noticias de Navarra, recogida por Europa Press, Barrena aseguró que el PNV, por su parte, no da prioridad a la paz, sino que busca garantizarse "su posición antes, durante y después del proceso" como "partido de gestión que ha controlado el negocio".
El representante abertzale señaló que Batasuna "tiene derecho a desarrollar iniciativas políticas" y consideró "extremadamente hipócrita que, quienes no tienen ningún reparo en hablar" con ellos en privado, en referencia al Partido Socialista, "luego exijan públicamente no sé qué renuncia a Batasuna como marca".
"Además, no nos engañemos, la izquierda abertzale, mientras la Ley de Partidos esté en vigor, no tiene posibilidades reales de legalizar un partido político porque, en cualquier momento, el Supremo lo podría ilegalizar invocando el hecho de una supuesta continuidad", recordó.
Tras reconocer que "es evidente" que la ilegalización supone para su formación "un problema organizativo", indicó que "el problema político real" no es suyo, sino del PSOE, "que sabe perfectamente que va a tener que entrar en una mesa de partidos con una formación que mantienen en la ilegalidad". Por ello, exigió que haya una derogación de la norma "total o parcial".
MARLASKA
En su opinión, Grande-Marlaska "juega un papel de francotirador que responde a un perfil personal muy concreto marcado por una carga de venganza" que desconoce "a qué responde". "Tampoco creemos que sea sólo porque este señor sea así. Creemos que detrás hay un esquema político claro patrocinado por el PP y su campaña de despliegue de fuerzas para imposibilitar un proceso de paz", dijo.
No obstante, no descartó que "el Gobierno pueda pensar que acciones de este tipo no le vienen mal". "Aunque creemos que buena parte del PSOE tiene interiorizado que van a entrar en un proceso de negociación, les interesa que en el otro lado de la mesa se siente una izquierda abertzale lo más debilitada posible. Por eso decimos que el problema fundamental no es la actitud de Marlaska, sino que el Gobierno del Estado le deja hacer, permitiéndole que mantenga el rifle en sus manos, y ese rifle no es otro que la Ley de Partidos", insistió.
Para Pernando Barrena, el hecho de que se haya permitido a los dirigentes de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi, Juan María Olano y Juan José Petrikorena salir de la cárcel bajo fianza, refleja que hay "una evolución de criterio que demuestra que el juez no es impermeable a lo que esta ocurriendo y que, de alguna forma, había que poner freno a la actuación tan descarada que estaba protagonizando".
RUBALCABA, "EN LA COCINA"
El dirigente abertzale consideró "interesantes" la modificaciones realizadas en el Gobierno por José Luis Rodríguez Zapatero y, en concreto, la designación de Alfredo Pérez Rubalcaba como ministro del Interior porque "ha estado en la cocina desde el principio".
Además, en alusión a José Bono, señaló que "se ha apartado de los puestos de responsabilidad a alguien que no sólo tenía un perfil cada vez más cercano al PP, sino que, en lo que se refiere al conflicto político vasco y al proceso de paz, era una persona contraria que se jactaba de ello tanto en público como en privado".
"En el caso de Rubalcaba, supone colocar al frente de un Ministerio tan sensible como Interior a alguien que, es público y notorio, ha estado en la cocina desde el primer momento. Por tanto, siendo prudentes y a la espera de ver qué dan en la práctica estos cambios, nosotros somos de la opinión de que apuntan en una dirección correcta", manifestó.
Barrena negó que Batasuna haya tenido interlocución directa con el PSOE, sino con personas del PSE-EE, aunque, "hoy por hoy, sigue sin ser oficial". "Es público y notorio que esa relación tiene ya cinco años de historia y que a través de ella se ha hablado de muchas cosas con una significación muy importante, aunque no más que lo que se ha hablado con otros agentes", dijo.
A su entender, se ha logrado "crear poco a poco un clima de confianza y de comprensión sobre cuál es la situación política del otro, qué podemos tener en común a la hora de afrontar un esquema de soluciones y saber de primera mano cuáles son las limitaciones que el otro tiene a la hora de abordar ese esquema".
En esta línea, especificó que "la principal" cuestión que les separa es el derecho de decisión. "Nosotros mantenemos que hay que buscar un esquema que garantice esa capacidad y a ellos les ha quedado claro, pero no es menos cierto que ellos tienen otros planteamientos, en los que excluyen el derecho de autodeterminación, formulado en esos términos. También se han esforzado en que nos quede claro", precisó. Sin embargo, consideró que hay disposición para hablar abiertamente de todos los temas en una mesa.
Para el dirigente abertzale, "aún no ha llegado la apertura" del proceso de paz y sólo nos encontramos "en la antesala". "Nosotros somos de la opinión de que un proceso de paz no comenzará hasta que no estén constituidas las dos mesas de diálogo", subrayó.
Aunque explicó que "no hay un calendario concreto" para constituirlas, apostó porque se creen "con celeridad, pero con el suficiente tiempo para hacer las cosas bien". "Hay que evitar a toda costa otra gran frustración social como la de procesos anteriores", puntualizó.
VERIFICACIÓN
Sobre la verificación del cese de la violencia, el representante de Batasuna señaló que tienen "la certeza, compartida por la mayoría de los agentes de este país, de que cuando ETA toma una decisión de esas características, con ese formato y acompañada de un documento como el que hizo público, esta diciendo claramente que el alto el fuego es total, para todos sus frentes y con vocación de permanencia de cara a futuro".
"Eso lo sabemos nosotros y lo saben perfectamente los responsables del Estado así que, en ese contexto, darle tanta importancia al tema de la verificación lo entendemos como un intento de desviar la atención hacia el binomio ETA-Estado, ocultando así el foco clave de este proceso, que no es otro que la necesidad de poner en marcha un esquema político entre partidos que solucione las bases históricas del conflicto", destacó.
Asimismo, denunció que, "con la verificación, se está haciendo un juego interesado: el Gobierno verifica que ETA cumple con su declaración, pero mantiene y aumenta la presión política sobre la izquierda abertzale".
PNV
Por último, también aludió al PNV y al Gobierno vasco, para asegurar que "no están a la altura de las circunstancias". "Quizá ellos se sienten centrifugados respecto a la centralidad política, con un lehendakari constantemente en cuestión desde el propio partido y, sobre todo, con una actitud hacia la izquierda abertzale que lejos de intentar nuevos escenarios, en algunos casos, trata de agudizar las contradicciones para ganar protagonismo", aseveró.
Además, expresó su preocupación porque su "prioridad no es cómo crear las condiciones para poner en marcha un proceso de resolución, sino cómo garantizar su posición, antes, durante y después del proceso, como partido de gestión que ha controlado el negocio durante los últimos 25 años".