Bronca monumental en el Congreso con un diputado del PP expulsado y gritos de "dimisión" dirigidos a Alonso

Actualizado: jueves, 11 mayo 2006 19:13

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MADRID, 11 May. (EUROPA PRESS) -

El Pleno del Congreso de los Diputados derivó este mediodía en una monumental bronca que llevó incluso a la expulsión del hemiciclo de un diputado del PP, un hecho del que no se recuerdan precedentes, y en la que los 'populares' escenificaron a gritos su exigencia de dimisión del ministro José Antonio Alonso tras la sentencia que condena a tres policías por detención ilegal de dos militantes del PP en una manifestación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT).

Esa sentencia ya venía 'caldeando' el ambiente parlamentario desde ayer, cuando los diputados del PP empezaron a gritar 'dimisión, dimisión' antes incluso de que empezara la sesión de control, a la que no acudió Alonso. Este mediodía, Marín ya tuvo un primer enfrentamiento con los 'populares' al desalojar de la tribuna de oradores al portavoz de Justicia del PP, Ignacio Astarloa, por excederse en el uso del tiempo y desatender sus avisos.

Pero todo se agravó cuando Alonso hizo acto de presencia en el hemiciclo. El portavoz adjunto del Grupo Popular, Vicente Martínez Pujalte, hizo algún comentario sonoro y Marín, que ya le había llamado al orden una vez esta mañana, le amonestó verbalmente por segunda vez advirtiéndole de que un tercer aviso supondría su expulsión del hemiciclo.

MUÑECAS CRUZADAS

Pujalte protestó y Marín le ordenó abandonar el Pleno, una medida que, aunque prevista en el Reglamento, no se recuerda en el Congreso. El diputado del PP hizo caso omiso e incluso cruzó sus muñecas como si las tuviera esposadas, en alusión a la detención ilegal de los dos militantes de su partido.

El portavoz del Grupo Popular, Eduardo Zaplana, trató de interceder por Pujalte, pero Marín se negó a darle la palabra hasta que se cumpliese la expulsión. El portavoz subió a la presidencia para intentar convencer al presidente, pero éste le echó de allí, visiblemente enfadado.

Marín pidió, rogó e invitó a Pujalte a abandonar el hemiciclo, y sólo se cumplió su decisión cuando, tras leer a la Cámara los artículos del Reglamento aplicables a estos casos, avisó al diputado de que, en caso de no atender la expulsión, se expondría a no poder asistir al próximo Pleno. Pujalte se fue no sin antes dirigir una reverencia burlesca al presidente del Congreso, y mientras sus compañeros del Grupo Popular le aplaudían en pie y le felicitaban dándole palmadas en la espalda.

Ya en los pasillos del Congreso, Martínez Pujalte dijo que su "único comentario" había sido pedir "tres veces" la dimisión de Alonso. "Nunca he visto en los ocho años del PP que, porque desde los escaños del PSOE se pidiera la dimisión de algún ministro del PP, eso fuera motivo para echar a un diputado", enfatizó. A su juicio, Marín se excedió en sus funciones al querer "sobreproteger" al ministro, lo que tachó de "actitud sectaria".

NUEVA AMENAZA DE REPROBACIÓN CONTRA MARÍN

Con Pujalte expulsado, Marín dio la palabra a Zaplana, quien aseguró que la decisión del presidente "no guarda ningún tipo de proporción" y se quejó de que no había mediado tiempo suficiente entre las llamadas al orden. En su opinión, sólo se buscaba "provocar deliberadamente" al PP.

En ese contexto, anunció la presentación de una moción de reprobación contra el presidente del Congreso, un mecanismo con el que Zaplana ya amenazó a Marín en diciembre de 2004 por otra bronca y que el Grupo Popular nunca llegó a llevar a efecto.

El presidente dijo tomar nota y se defendió asegurando que había actuado "conforme a Reglamento, con gran sentido de la prudencia y advirtiendo de las consecuencias". "Así no podíamos seguir", proclamó, invitando al PP a acudir en amparo ante el Tribunal Constitucional, si lo estima oportuno.

En contra de los deseos de Marín, la bronca sí que siguió, elevándose incluso el tono cuando Alonso subía a la tribuna para pedir la ampliación del contingente español en Afganistán. "Dimisión, dimisión", empezaron a corear a gritos los diputados del PP, mientras los del PSOE intentaban contrarrestar las protestas del Grupo Popular aplaudiendo en pie al ministro, que precisamente intervenía por primera vez en sesión plenaria como titular de Defensa.

"TODOS A LA CARCEL"

La sonada protesta de los 'populares' continuó con más gritos, pateos y voces de todo tipo, y exhibiendo las muñecas cruzadas como si estuvieran esposadas. "Unos mandan detenernos y otros nos echan de aquí", gritó Francisco Antonio González. "Todos a la cárcel", apostilló otro diputado del PP.

Los gritos siguieron durante prácticamente toda la intervención del ministro sin que Marín llamara al orden, aparentemente hastiado tras sus enfrentamientos anteriores con los 'populares'. "Esta es la España que quiere el PP, la del enfrentamiento descarnado y cainita, la manipulación del Parlamento sirviéndose de mentiras. Es su estilo, nada nuevo", alcanzó a decir el ministro en medio del vocerío.

Frente a los aplausos de los diputados socialistas, incluyendo tres ministros, los 'populares' gritaban 'fuera, fuera' al ministro. "Fascista", espetó Roberto Soravilla. "Detención ilegal", clamó María Salom, otra de las portavoces adjuntas del grupo parlamentario.

El silencio se recuperó cuando intervenía el portavoz del Grupo Popular, Eduardo Zaplana, quien cerró el 'espectáculo' parlamentario volviéndose a quejar de la actuación de Marín: "La primera consecuencia de la sentencia es la expulsión del Congreso de un diputado de la oposición --afirmó--. Militantes detenidos, diputados expulsados; ésa es la España del PSOE".