SANTA CRUZ DE TENERIFE, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
CajaCanarias ha iniciado la comercialización en su red de oficinas de un seguro de dependencia pionero en España, que permite a quienes lo suscriban una renta vitalicia y un capital adicional con carácter único, cuando su situación sea de gran dependencia o dependencia severa, según los términos de la Ley que entró en vigor en 1 de enero de este año, y desde sólo 8 euros al mes.
Este producto ha sido creado con la colaboración de la prestigiosa firma CNP Vida, perteneciente al grupo CNP Assurances, una de las compañías líderes del mercado asegurador francés y que ha trasladado su experiencia a nuestro país con una oferta muy competitiva, para ofrecer a los clientes de esta entidad de ahorro en caso de dependencia una renta vitalicia con un coste muy ajustado.
Este seguro es el primero de estas características que comercializa una entidad financiera en España y permite al cliente elegir, a la hora de contratar el seguro, si desea percibir una renta vitalicia de 500, 1.000 ó 1.500 euros, en el caso de verse afectado por una gran dependencia, y la mitad de cada uno de estos importes, en el caso de tratarse de una dependencia severa.
Por lo que respecta al capital adicional de pago único, éste equivale a cinco veces el importe de la renta vitalicia contratada. Estos importes se incrementarán anualmente un dos por ciento durante la vida del seguro, para que su valor no se deprecie con el incremento del coste de la vida.
Este seguro pretende amparar a las personas que entran en situación de dependencia para que puedan disponer de recursos económicos con los que afrontar los costos derivados de sus nuevas necesidades sociales, tales como la ayuda a domicilio, los servicios residenciales u otras cualesquiera de similar naturaleza.
Este seguro de vida viene a cubrir un importante vacío en el mercado actual y permite el acceso a una renta vitalicia adicional para los casos más relevantes de dependencia a precio atractivo, ya que la prima se fija en función de la edad en el momento de la contratación y se mantiene fija a lo largo de los años; mientras que el capital se va actualizando a una tasa anual del 2 por ciento, incluyendo el período de cobro de la renta.
Otras ventajas son la flexibilidad para determinar la cuantía de la renta vitalicia según sus necesidades y resulta de gran utilidad poder disponer de un capital único para cubrir los elevados costes iniciales derivados de una situación de dependencia. Además, las primas de este seguro son deducibles de la base imponible en la declaración del IRPF, según la legislación vigente en la actualidad, mientras que la renta vitalicia y el capital adicional único tributan como rendimiento del trabajo.
La edad de contratación del seguro está definida entre 18 y 74 años y aunque el concepto de dependencia está ligado a la vejez, lo cierto es que un accidente o una enfermedad grave puede convertir a una persona en dependiente a cualquier edad, y cuanto más joven se contrate este seguro, menor es el coste de la prima.
En España los cambios demográficos y sociales están produciendo un incremento progresivo de la población en situación de dependencia. Por una parte, es necesario considerar el importante crecimiento de la población de más de 65 años, que se ha duplicado en los últimos 30 años.
A ello hay que añadir el fenómeno demográfico denominado 'envejecimiento del envejecimiento', es decir, el aumento del colectivo de población con edad superior a 80 años, que se ha duplicado en sólo veinte años. Ambas cuestiones conforman una nueva realidad de la población mayor que conlleva problemas de dependencia en las últimas etapas de la vida para un colectivo de personas cada vez más amplio.
A ello se suman agravantes como el descenso de la media de personas por hogar, el aumento del número de divorcios y la cuota de la participación de la mujer en el mundo laboral, factores que están reduciendo las posibilidades de que las personas mayores sean atendidas por sus familiares. Todo ello está produciendo un giro en las políticas de prestaciones y cuidados a largo plazo.
Hay que añadir el hecho de que la mentalidad de las personas mayores está cambiando. En la actualidad, comienzan a reclamar productos y servicios adaptados a sus nuevas necesidades. Se trata de un segmento de la población con un mayor poder adquisitivo y un gran sentimiento de independencia, por lo que la introducción de soluciones privadas en la protección social de la dependencia les asegura la cobertura de las prestaciones necesarias en caso de dependencia tales como la ayuda a domicilio, los servicios residenciales, u otras cualesquiera de similar naturaleza.
Según el Libro Blanco de la Dependencia elaborado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, el Consejo de Europa la define como "la necesidad de ayuda o asistencia importante para las actividades de la vida cotidiana", o, como "un estado en el que se encuentran las personas que por razones ligadas a la falta o la pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual, tienen necesidad de asistencia y/o ayudas importantes a fin de realizar los actos corrientes de la vida diaria y, de modo particular, los referentes al cuidado personal".
Por lo que respecta a los grados de dependencia, se han establecido tres: moderada, severa y gran dependencia. La primera es cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día.
En la dependencia severa, la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no requiere la presencia permanente de un cuidador; mientras que en la gran dependencia, la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía mental o física, necesita la presencia indispensable y continua de otra persona. Además dentro de cada grado de dependencia se han definido dos niveles.
