HUELVA 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, apostó hoy por combatir el terrorismo "siempre" en el marco del Estado de Derecho, tarea que, a su juicio, "debe ser persistente, paciente y en la que se aconseja la unidad y el compromiso de todos".
Durante la inauguración de las VII Jornadas de Derecho Internacional Humanitario, auspiciadas por el Grupo de Alto Nivel de las Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones y que se celebran hasta el sábado en la Facultad de Derecho de Huelva, Chaves pidió el compromiso de la Academia y la Ciencia Jurídica para "ayudarnos a desbrozar los caminos y a abrir nuevas perspectivas para que la lucha contra el terrorismo sea compatible con la Ley y la libertad".
Tras poner de manifiesto que el terrorismo "se ha convertido en una de las grandes cuestiones del mundo de hoy" y que "no hay causa alguna que lo justifique", apostó por la "necesidad de plantear cómo combatir este fenómeno que, aunque no es nuevo en la historia, las formas en las que aparece y se manifiesta en el siglo XXI tiene poco que ver con las épocas anteriores".
El presidente de la Junta resaltó que acontecimientos como los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, del 11 de marzo en Madrid o del 7 de julio de 2005 en Londres "ponen de manifiesto que el terrorismo no conoce fronteras y se aprovecha de todos los avances de las nuevas tecnologías y de la sociedad del conocimiento actual, convirtiéndose en la cara más oscura de la globalización, ya que actúa en más de 60 países, siendo una amenaza global y permanente".
LAS RESPUESTAS LOCALES SON INSUFICIENTES
Por ello, consideró que "las respuestas locales son insuficientes porque han de ser globales a nivel político, policial y judicial" y añadió que "es necesario mejorar los recursos y modernizar los instrumentos con los que contamos para hacer frente a estas nuevas amenazas, ya que proteger la seguridad debe ser una tarea compartida", por lo que resaltó que "intensificar la cooperación internacional es esencial para garantizar una lucha integral contra el terrorismo".
En este sentido, destacó que en los últimos años se han dado pasos "muy significativos", entre los que citó "mejorar los mecanismos de la extradición, la asistencia jurídica mutua, el intercambio de información y otras formas de cooperación entre los estados en cuestiones penales".
Y es que, a su juicio, los estados "tienen el deber de adoptar las medidas necesarias para evitar los actos de terrorismo y violencia y garantizar la seguridad de sus poblaciones, que incluye la obligación de combatir los actos de violencia o terrorismo", pero también subrayó "la necesidad de que los estados cumplan con sus obligaciones internacionales, incluyendo las del derecho internacional de los derechos humanos y el derecho humanitario".
TERRORISMO Y DERECHOS
Por ello, defendió que el combate contra el terrorismo y la protección de los derechos humanos "no deben ser consideradas como actuaciones antitéticas", al considerar que "es una posición de principios de la que no podemos consentir que nos apee el terrorismo porque, si fuese así, estaríamos asistiendo a la victoria de los terroristas".
Además, expresó su "convicción" de que "es un grave error la consideración de que el terrorismo puede ser vencido únicamente o fundamentalmente por la vía militar", tras apuntar que "ésta no es una guerra convencional y, por tanto, la opción militar no puede, por sí sola, derrotar al terrorismo".
En este sentido, estimó que, "a estas alturas, está claro que determinadas aventuras militares, como la intervención en Irak, no sólo no ha reducido el terrorismo, sino que ha producido una nueva generación de radicalismo islámico y ha aumentado la amenaza del terrorismo".
Chaves se refirió a un estudio de la revista 'The Lancet' de la Corporación médica británica para cifrar en 600.000 el número de víctimas de la violencia en Irak desde el comienzo de la intervención militar, lo que "evidencia que se está produciendo una auténtica carnicería que sufre especialmente la población civil y que contribuye a alimentar la espiral de sangre y odio".
Por ello, apostó por "averiguar cómo las sociedades democráticas y abiertas son capaces de defenderse de los integristas criminales sin renunciar a su sistema de vida, basado en la libertad y el imperio de la Ley", para lo que reivindicó el papel de la ONU, tras considerar que los grandes atentados registrados "han hecho que hayamos perdido algo de libertad", la misma que consideró "necesario defender".
Con estos argumentos, apostó por "avanzar en la concreción práctica de la imprescindible alianza de civilizaciones que propugna España y que ha hecho suya las Naciones Unidas y que consiste en la búsqueda de un espacio de derechos y deberes compartidos, un proyecto de civilización basado en la justicia y la solidaridad en la época de la mundialización", ya que, a su juicio, "no hay choque de civilizaciones, sino problemas de aceptación del otro en las diferentes culturas".