MADRID, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, indicó que CiU afronta el nuevo periodo de sesiones en el Congreso, el primero tras el acuerdo entre el Gobierno y los nacionalistas sobre el Estatut que tanto se critica desde ERC, con una "voluntad de implicación positiva en todos los temas" y con la "seguridad" de que esa colaboración "va a ser más posible" en esta nueva etapa.
En rueda de prensa en el Congreso, Duran ofreció hoy al Gobierno la "implicación positiva" de los nacionalistas catalanes para ir alcanzando acuerdos en iniciativas legislativas concretas, sin un pacto global ni formar parte del Ejecutivo. Eso sí, avisó que CiU no pasará por alto que este nuevo marco de relaciones coincidiese con un Gobierno de la Generalitat donde uno de los socios, en alusión a ERC, no apoyase la reforma del Estatut, ya fuera votando en contra o incluso absteniéndose.
Basa esta confianza en la convicción de que en este periodo de sesiones "algunos apoyos clásicos, fieles y generosos", como los de ERC, no se van a mantener. Y es que ayer, primer pleno del año, ya se empezó a poner de manifiesto el nuevo escenario parlamentario, con el PSOE y CiU pactando enmiendas mientras ERC registraba las suyas sin negociar con los socialistas y marcaba distancias en sus intervenciones en el hemiciclo
Según explicó, la "implicación" de los nacionalistas en la tramitación parlamentaria de los proyectos del Gobierno se concretará ley por ley, sin un pacto permanente de estabilidad parlamentaria y sin la entrada de CiU en el Ejecutivo central.
Además del cierre definitivo del acuerdo del Estatut, CiU puso ya sobre la mesa una primera agenda de prioridades para esa colaboración, empezando por marcar su rechazo inicial a dos de los proyectos 'estrella' del Gobierno socialista para este año: La Ley de Dependencia y la reforma fiscal (tanto del IRPF como del Impuesto de sociedad), a los que presentarán enmienda de totalidad. Igualmente, adelantó sus reparos a los anteproyectos de Ley de Bases de Régimen Local y del Estatuto de la Función Pública, por considerar que el estado se excede en sus competencias, especialmente con la reforma estatutaria catalana.
Eso sí, la oposición inicial a estos proyectos, según indicó, no debe prejuzgar la posibilidad de llegar a acuerdos y puso como ejemplo lo ocurrido recientemente con la Ley Orgánica de Educación, que comenzó con enmienda a la totalidad y acabó con un pacto del que sólo quedó fuera el PP.
LA "EXOTICA" SITUACIÓN DEL TRIPARTITO
Al margen de esta oferta de colaboración, Duran quiso agregar un "matiz" a este nuevo escenario y es que si en Cataluña se produce la "exótica situación" de que uno de los socios del tripartito, en alusión clara a ERC, no apoya la reforma del Estatut, sea votando en contra o incluso absteniéndose, CiU no lo pasará por alto y ejercerá una "constante crítica" a los socialistas por entender que aún no tendrían capacidad suficiente de maniobra, sino que demostrarían tener "las manos atadas" con los republicanos.
El dirigente de CiU considera que el Gobierno sabe de la voluntad de colaboración de los nacionalistas, por lo que no le hace falta "llamarle por teléfono", y que también conoce "por activa y por pasiva" su opinión sobre la posición de ERC.
No obstante, aclaró que su pretensión no es romper el tripartito, al que aspiran a derrotar "en las urnas" y no gobernando desde Madrid. Eso, si antes los tres socios de la Generalitat "no acaban entre ellos", ya que cree que hasta ahora ya ha habido "peleas" que se han podido resolver utilizando el poder como "aceite balsámico".
Duran admitió que los nacionalistas tienen como primer objetivo gobernar en Cataluña y expresó su convicción de que están "en línea de conseguirlo", aunque reconoce que todavía falta algo de tiempo.
También reiteró su confianza en que los catalanes corregirán en las urnas el "error histórico" del tripartito: "Es evidente que el país clama por un cambio de Gobierno (en Cataluña)", zanjó.
Su oferta, continuó, tampoco pretende mermar la capacidad de alianzas parlamentarias del Ejecutivo central: "No deseamos que el Gobierno se quede sin el apoyo de ERC. Estamos encantados de que ERC siga votando generosamente al Gobierno de Madrid", ironizó.