BARCELONA, 16 May. (EUROPA PRESS) -
El portavoz de CiU en el Parlament, Felip Puig, alertó al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, que la federación nacionalista se considerará "liberada del compromiso de dar estabilidad al Gobierno si no se han tomado las decisiones que se tienen que tomar", al día siguiente del referéndum, es decir, si no hay calendario electoral fijado y el PSC no ha aclarado sus problemas de sucesión.
Puig rehusó hacer especulaciones sobre posibles mociones de censura pero recordó que CiU sólo garantizará la estabilidad del Govern para el referéndum. Además, apuntó que este trabajo se verá dificultado si los socialistas no remiten el listado de iniciativas y medidas en las que aspiran contar con el apoyo de la federación nacionalista.
De momento, Puig advirtió de la "deriva sectaria" y "partidista" que puede tomar el Gobierno de la Generalitat monopolizado por el PSC y reclamó a los socialistas que no alarguen la "agonía" del Gobierno se aclaren tanto la fecha de la convocatoria de elecciones como los "problemas sucesorios" del PSC para evitar "contaminar" el referéndum del Estatut.
El portavoz nacionalista manifestó la confianza del CiU en el personal de la administración de la Generalitat para soportar el "gobierno real" de la Generalitat frente a un Gobierno "transitorio, provisional e interino" que "no tiene legitimidad democrática ni parlamentaria".
Se trata, dijo, de un Gobierno en el "corredor de la muerte" que puede tener una "deriva partidista y una visión sectaria" en la "agonía de la legislatura". Puig advirtió que CiU estará alerta a cualquier decisión que se tome en un ejecutivo que, ahora, "ya no tiene ningún tipo de filtro" y dominado por un partido "del que conocemos la prepotencia intelectual y partidista".
PELÍCULA DE TERROR: TINELL II.
Puig admitió sentir "consternación" ante la intención del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, de reeditar el tripartito y comparó un Pacto del Tinell II con una película de terror. "Si la primera parte fue escalofriante, la segunda puede ser terrorífica", dijo. No obstante celebró que se aclare el panorama político y se evidencie que en las próximas elecciones será "o tripartito o CiU", ya que "la equidistancia de ERC no cuela".
El portavoz de CiU en el Parlament insistió en la necesidad de que se clarifique cuanto antes el calendario electoral e instó al PSC a solucionar "cuanto antes" sus "problemas sucesorios" para "no contaminar el referéndum". "Sea Maragall, Montilla o un tercer tapado" el candidato del PSC, desde CiU se insiste en que el presidente de la Generalitat debería "emprender la retirada".
Por su parte, el portavoz parlamentario del PP, Francesc Vendrell, hizo especial hincapié en el "desconcierto permanente" de la política catalana, pero en lugar de una película de terror, como CiU, lo calificó de película "cómica".
EL PP RECOMIENDA AL PSC ABSTENERSE DE ATACARLES.
Vendrell advirtió que "nadie con sentido común puede tener sensación de estabilidad con un Gobierno con "fecha de caducidad" y reclamó elecciones "cuantos antes mejor" e incluso antes del referéndum, para lo que Maragall "todavía tiene 48 horas" antes de convocar la consulta.
El portavoz de los populares reclamó al presidente que "anteponga los intereses de Catalunya a los de partido y acabe con esta "lenta agonía". En este sentido, pidió que "no se inicien nuevas tramitaciones parlamentarias" que "saben que no se acabarán" y "no se hipoteque más el futuro".
Al margen del nuevo Gobierno, Vendrell recomendó al PSC que se abstenga de emprender una campaña del referéndum basada en "insultos y descalificaciones" al PP recordando que los tribunales ya han condenado al secretario de organización socialista, José Zaragoza, por sus declaraciones contra Manuel Pizarro.
No obstante, señaló que el hecho de que los socialistas centren su campaña en atacar al PP es "la prueba del nueve" de que, "tras dos años de Gobierno, no se puede explicar nada" positivo del tripartito. Para Vendrell, la "inactividad e incapacidad" del tripartito y la "gran traición" de José Luis Rodríguez Zapatero y Artur Mas con "el gran fracaso" del Gobierno de Maragall.
