Una colección de 78 obras de Antonio Ródenas serán las protagonistas de la exposición del Conde Duque

Europa Press Nacional
Actualizado: martes, 29 enero 2008 16:29

MADRID, 29 Ene. (EUROPA PRESS) -

Una colección de 78 pinturas y esculturas del artista Antonio Ródenas serán las protagonistas de la exposición 'Arte del siglo XX', que el Centro Cultural Conde Duque de Madrid albergará hasta el próximo 16 de marzo.

El arte de Ródenas se considera "de lo más representativo del arte español del pasado siglo". Así, a través de sus obras, la exposición pretende descubrir "la personalidad de quien las formó".

Las 78 piezas forman un conjunto heterogéneo y dialogante que, en su conjunto, dejan ver la sensibilidad y el posicionamiento estético del coleccionista.

Otros artistas presentes en esta selección son Darío de Regoyos, Daniel Vázquez Díaz, Juan H. Leemans, Benjamín Palencia, Valentín de Zubiaurre, Manuel Colmeiro, Gregorio Prieto, Ricardo Macarrón y el escultor José Luis Medina.

FORMACIÓN HACIA LA SENSIBILIDAD

Madrileño de extrema sensibilidad y agudeza en la percepción del arte, Ródenas se formó a lo largo de los años un sólido y personal concepto estético, y trabó amistad sincera con artistas a los que admiraba y a los que compró obra, llegando a reunir durante cincuenta años cerca de 250 obras de arte.

Refinado y culto, coleccionaba guiado por el conocimiento y por su voz interior. No se rodeó de objetos bellos por vanidad, esnobismo, mercantilismo o puro hedonismo, sino por necesidad, ya que los libros y objetos de los que se rodeó arropaban en el refugio de su intimidad sus pensamientos, le protegían de lo innecesario.

"Sin los libros y el arte no alcanzo a imaginar qué habría sido de mi vida. Probablemente un absurdo y lamentable despropósito. Aprendemos a ver nuestra vida en el arte. El arte es el maestro que nos aclara el misterio de nuestras almas, la confusión de nuestros sentimientos, la incoherencia de nuestras reacciones y de nuestros actos", dejó escrito en sus diarios.

Ródenas creía en un arte que renueve la figuración, ajeno a los excesos del intelecto, pero no exento de reflexión y cargado de sensibilidad y profundidad humanas, transmisor de emoción, con capacidad de síntesis y regeneración de la Gran Tradición, entendida ésta como la gran corriente "eternamente inconmovible" presente en los grandes maestros de los museos.

En escultura sus primeros intereses se centran en Manolo Hugué y Cristino Mallo, de los que tenía obras muy significativas dentro de sus respectivas trayectorias. Juan Haro es el gran amigo de la última época. Apreciaba su singularidad como escultor y su personal concepto de la forma, vinculado al procedimiento de la talla directa, siendo el escultor más representado en la colección.

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