MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a un joven rumano a 22 años de prisión por secuestrar en febrero de 2005 a una anciana, violarla y robarle todas las pertenencias que guardaba en su casa del Paseo de Extremadura de la capital aprovechando para ello la amistad que les unía.
Así lo acuerda la sección tercera de la Audiencia madrileña en una sentencia que condena a Patrice V. como autor de un delito de robo con violencia, uno de detención ilegal, uno de agresión sexual agravado por la especial vulnerabilidad de la víctima y una falta de lesiones, con la concurrencia en los dos primeros delitos de las agravantes de abuso de superioridad y de confianza.
Además de la pena de cárcel, el fallo establece que el procesado pague una multa de 360 euros por la falta de lesiones y que indemnice a la demandante en la cantidad de 9.465 euros.
La resolución jurídica declara probado que el 8 de febrero de 2005 el imputado, de 23 años de edad, aprovechando la amistad que tenía con la víctima, una mujer de 77 años, se presentó en el domicilio que ésta tenía en el Paseo de Extremadura de Madrid con dos individuos.
LA ATÓ DE PIES Y MANOS Y LE ROBÓ
Tras estar charlando con la mujer en una de las estancias de la casa, el encausado agarró a la anciana del cuello, la llevó a una cama y la ató de pies y manos con una cuerda, quitándole las joyas que llevaba puestas y exigiéndole que le entregara las cartillas de ahorro y el número secreto de las mismas.
En un determinado momento de la noche, uno de los acompañantes del acusado salió a la calle y utilizando una de las tarjetas de la demandante obtuvo 1.100 euros. Sin embargo, otra de las cuentas de la mujer no tenía tarjeta, sino cartilla de ahorros, por lo que el sujeto volvió al domicilio donde estaba secuestrada la anciana, le pidió de nuevo el número de la tarjeta y la agredió sexualmente.
A primera hora de la mañana del 9 de febrero, los compañeros del imputado abandonaron la casa de la víctima llevándose consigo 400 euros, mientras que Patrice V. obligó a la agredida a ir a una sucursal bancaria a sacar dinero, lugar en el que el procesado fue detenido por la Policía tras haber sido alertada por una de las vecinas de la demandante.
AGRESIÓN ESPECIALMENTE CRUEL
La sentencia, contra la que cabe interponer recurso de casación ante el Tribunal Supremo, recuerda que los hechos han resultado acreditados gracias a la declaración de la anciana cuyo testimonio fue en todo momento "claro y coherente".
Además, añade que la relación que la víctima mantenía con el encausado con anterioridad a los hechos sirvió a éste para lograr sus propósito por lo que en calificación de los mismos concurre la agravante de abuso de confianza.
Finalmente, el texto jurídico destaca la agresión sufrida por la víctima fue "especialmente cruel por la agresividad demostrada y por la duración del ataque", así como por la avanza edad de la mujer.
