MADRID 24 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 10 años y 9 meses de prisión a un hombre que en junio de 2004 estranguló a una prostituta en su domicilio de Madrid, la agredió sexualmente mientras agonizaba y le robó 20 euros que ésta guardaba en su bolso.
Así lo acuerda la sección segunda de la Audiencia madrileña en una sentencia que condena a la citada pena a Rafael P. de la T., de 40 años de edad, como autor de una delito de asesinato, uno de agresión sexual y una falta de hurto, por la que tendrá que pagar una multa de 60 euros.
El tribunal considera que en este caso concurren las atenuantes de arrepentimiento espontáneo y alcoholismo. El fallo también establece que el procesado debe indemnizar a cada uno de los hermanos de la víctima en 8.000 euros.
La resolución jurídica declara probado que en la tarde del 16 de julio de 2004 el imputado conoció a H.A., de origen marroquí, en la calle de la Ballesta, de Madrid, donde la mujer ejercía la prostitución. Tras tomar unas copas en la zona, Rafael P. de la T. le propuso a la víctima que le acompañara a casa, a lo que ésta aceptó a cambio de que el encausado le pagara 50 euros por sus servicios, dinero que el inculpado no poseía.
LA ESTRANGULÓ Y LA AGREDIÓ SEXUALMENTE
De esta manera, ambos se dirigieron al domicilio del procesado, ubicado en la calle de Santa María. Una vez en el interior del piso, H.A. empezó a desnudarse y se metió en la cama de uno de los dormitorios, reclamando a Rafael P. de la T. el dinero que éste le debía.
Ante el temor de tener problemas con la mujer por no poder pagarle, el acusado "de forma totalmente inesperada" se acercó a la víctima por la espalda colocando una cinta en su cuello, estrangulándola. Mientras la mujer agonizaba, el inculpado aprovechó para agredirla sexualmente. H.A. murió por asfixia, sin poder realizar ninguna maniobra de defensa.
A continuación, el procesado llevó a la mujer a la bañera, le practicó unos cortes con un cuter en la muñeca derecha y en la tráquea y, con el mismo utensilio, le dibujó un cruz invertida en la espalda. Después, se apoderó de 20 euros que la víctima guardaba en su bolso.
El 18 de junio, Rafael P. de la T., que padece un trastorno antisocial de la personalidad y una fuerte dependencia al alcohol que disminuye su facultad volitiva, se personó en la Comisaría de Retiro donde se confesó autor del crimen.
HUBO ALEVOSÍA PERO NO ENSAÑAMIENTO
La Sala entiende que en la muerte de H.A. hubo alevosía, porque la víctima no pudo defenderse, pero no considera que se produjera ensañamiento porque el imputado realizó los cortes en el cuerpo de la mujer después de que ésta hubiera fallecido.
La sentencia, contra la que cabe interponer recurso de casación ante el Tribunal Supremo, destaca que Rafael P. de la T. "no se encontraba en estado de intoxicación plena en la ejecución de los delitos porque tiene unos recuerdos muy precisos sobre los hechos", por lo que no estima la eximente incompleta de alcoholismo.