SAN SEBASTIAN, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
Consuelo Ordóñez señaló hoy, en el 11 aniversario de la muerte de su hermano a manos de ETA, que para ella la iglesia vasca "ha dejado de existir" porque "se olvida de las víctimas", al tiempo que dijo confiar "más que nunca en la Justicia" porque quizá no puede hacerlo "en otros poderes". Además, advirtió de que "nunca" dejarán que "se salgan con la suya" ni quienes "han disparado" ni aquellos que "quieren rentabilizar" los muertos por ETA.
Ordóñez asistió a una ofrenda floral y un responso celebrado esta tarde en el donostiarra cementerio de Polloe en recuerdo del concejal del PP Gregorio Ordóñez, que en 23 de enero de 1995 fue disparado cuando se encontraba sentado en un bar de la Parte Vieja.
La hermana del edil estuvo arropada por representantes del PP como su presidenta en Gipuzkoa, María José Usandizaga, el parlamentario Borja Semper, el diputado Juan José Eugenio Azpiroz, y el presidente de las Nuevas Generaciones del País Vasco, Iñigo Arcauz. También asistieron el sacerdote Antonio Beristain y Rubén Múgica, hijo del dirigente socialista Fernando Múgica, también víctima de un atentado de ETA.
Por segundo año, la familia de Ordónez no celebra una misa en memoria del edil porque la Iglesia "no accede a hacer misas personalizadas" y conseguirlo "supone una verdadera odisea", según indicaron fuentes de la Fundación Gregorio Ordóñez.
La hermana del edil del PP señaló que "una iglesia vasca que se olvida de las víctimas deja de existir" y que, por ello, para ella "ha dejado de existir", aunque no así "personas y apellidos, que son pocos, dentro de la iglesia vasca". Además, recordó que su hermano "no se ha muerto de cáncer ni accidente de circulación", y aseguró que seguirá "luchando para que se haga justicia", porque "todavía queda bastante por hacer en ese terreno".
RESPONSO
Aseguró que, de la misma manera, recordará "siempre a aquellas personas que no están con nosotros y por qué no lo están, y nunca dejaremos que se salgan con la suya, tanto los que han disparado como los que quieren rentabilizar a tantos y tantos que nos han faltado de la misma forma".
Antes de su intervención, los sacerdotes Antonio Antia y Alfredo Tamayo ofrecieron un responso. Antia se preguntó por qué mataron a Ordóñez, si era por su "dignidad y su entrega a todos sin mirar las siglas", tras lo que definió al edil como "trabajador, honrado y luchador por la paz y la democracia".
Por su parte, Tamayo señaló que "un pueblo que olvida a sus víctimas deja de existir como comunidad de seres humanos", y aseguró que Ordóñez era un hombre "lleno de vitalidad y de espíritu de sacrificio y servicio hacia los ciudadanos".
Sin embargo, denunció que "hombres sin conciencia nos lo arrebataron" y que "hombres sin alma profanaron su tumba", dado que hace unos años fue atacada. A su juicio, quieren "extinguir su vida y memoria, ignorando que existen personas con dignidad que quieren seguir su lucha por la tolerancia, la libertad de conciencia y la convivencia".
Según dijo, son personas que están en contra del "fanatismos, de las ideologías excluyentes, del terror y de los que aspiran a eliminar al que disiente", en una sociedad en parte "sin moral y compasión por las víctimas".