LAREDO, 2 (EUROPA PRESS)
El historiador Fernando García de Cortázar lamentó hoy en Laredo que se habla "con enorme frivolidad" del diálogo con ETA y advirtió de que "los demócratas, los resistentes y los defensores de la libertad", entre los que se suma, tienen "miedo a que, como en otros escenarios, los pretendidos modelos de 'pacificación' sirvan para apuntalar las conquistas de los criminales y la humillación de las víctimas".
Por ello, en una conferencia enmarcada en las actividades culturales paralelas a la XXII edición de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria, el académico y catedrático de Historia de la Universidad de Deusto exigió justicia con el fin de "redimir la incoherencia de vivir en un mundo en el que el verdugo continúa prevaleciendo".
Según explicó, "que los dirigentes de Batasuna vuelvan al Parlamento de Vitoria no debe obligarnos a considerarlos demócratas". "No lo serán hasta que asuman que España no es un ejército de ocupación de Euskadi, mientras reclamen la autodeterminación como derecho nacionalista impuesto y exijan la anexión de Navarra", indicó.
Fernando García de Cortázar cree que se habla "con frivolidad del proceso de paz" y que cuando se habla de normalizar el País Vasco lo que se está pidiendo es que "se revoque la ilegalización de Batasuna" y "cuando se urge a la pacificación es para que los asesinos abandonen las cárceles y eludan la aplicación de la justicia".
El académico e historiador aprovechó su intervención en Laredo, para criticar la política de Gobierno español, que "ha iniciado un proceso constituyente basado en la alianza entre el Partido Socialista y el nacionalismo, cuyo contenido consiste en la impugnación del gran acuerdo de 1978".
Culpó a los socialistas y a sus apoyos nacionalistas "de romper el consenso de la Transición y plantear un gran desacuerdo con la mitad de la población", y definió la moral política de Gobierno actual con una cita de Groucho Marx: "Estos son mis principios y si no les gustan tengo otros".
LA "EXTRAVAGANCIA" DE SER ESPAÑOL
En una conferencia titulada 'España, deja que te nombre', Cortázar consideró que "tal vez ser español ya no sea una de las pocas cosas serias que se pueden ser en el mundo, pero empieza a ser una de las más extravagantes" y reclamó para España "lo que es normal en cualquier otro país moderno".
Así, reivindicó que "cuando alguien dice que es un patriota español, que se siente vinculado a una tradición liberal, pueda hacerlo sin tolerar que se le achaque la pertenencia a la extrema derecha, a los ensueños del franquismo, a la reivindicación del misticismo tradicionalista y del tenebroso perfil de cualquiera de las tendencias antidemocráticas que se han vivido en España. Porque ésta es, al parecer, la única forma de ser español en la mitología del nacionalismo que ha contaminado a la izquierda con una sorprendente abdicación de principios".
Según dijo, "con lo que está cayendo" esto tiene gran importancia, ya que "estamos en la batalla cultural más importante que se ha vivido en nuestro país desde 1978, porque asistimos al mayor proceso de impugnación de la nación española que se ha producido desde la aprobación de la Constitución".
ESPAÑOLISMO Y NACIONALISMO
Respecto a la expresión 'Estado español', García de Cortázar lamentó que en esa frase "reside una ambigüedad y es una falsificación" y calificó al nacionalismo actual de "antiespañol". "El españolismo se considera hoy un insulto, mientras que el vasquismo, catalanismo o europeísmo describe un talante abierto con un criterio de legitimidad", afirmó. "Para el nacionalismo la idea de España no existe", sentenció.
"El nacionalismo que se construye en Cataluña o en el País Vasco se considera la única forma de ser catalán o vasco. Ser vasco es votar nacionalista y los demás somos unos traidores o renegados de la patria", agregó.
En su opinión, resulta "escandalosa" la manera en la que los nacionalistas presentan como reaccionaria "toda exteriorización emotiva de la realidad nacional de España, mientras ellos recurren a la xenofobia, el racismo y el orgullo étnico". También definió el proyecto nacionalista como "la negación de la nación española como base de la soberanía popular".
Para Cortázar, los nacionalistas vascos y catalanes saben que "tienen que aparentar la representación de naciones conscientes y orgullosas de sí mismas, seguras de su soberanía y dispuestas a una dinámica de exigencias que concluya en la conquista de un Estado propio".
RECUPERAR EL NOMBRE DE ESPAÑA
El autor de 'Los perdedores de la historia de España' considera que es preciso recuperar "la idea del nombre de España y levantar la bandera de una nación española que está siendo impugnada y convertida en una extrañeza, en una monstruosidad, en un mal absoluto del que este país tiene que librarse".
Como cierre de su intervención, incitó a los ciudadanos a protagonizar una movilización para "recuperar el orgullo de ser español para hablar de una España sin ingenuidad pero con inocencia, sin furia pero exigente en la justicia... Un ángel, sí, pero fieramente humano", apuntó.