Elkarri dice que las víctimas no tienen derecho a "un plus para decidir sobre cuestiones políticas o el proceso de paz"

Actualizado: jueves, 2 marzo 2006 15:17

Apuesta por un discurso alternativo al de "vencedores y vencidos" y dice que un perdón obligatorio es "falso"

SAN SEBASTIAN, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -

Elkarri asegura que las víctimas tienen derecho a la rehabilitación, reparación y a la memoria aunque no a un "un plus para decidir sobra las cuestiones políticas, el proceso de paz o la política penitenciaria". Este es uno de los puntos del decálogo que ha elaborado el movimiento ciudadano en el que defiende un discurso de reconciliación social alternativo al de "vencedores y vencidos"

El coordinador de Elkarri, Jonan Fernández, compareció hoy junto a los miembros del Taller Nacional Paul Ríos, Ana Elvira y Maixux Rekalde en una rueda de prensa en San Sebastián para presentar este documento que pretende "evitar equívocos" en los términos y conceptos relacionados "directa o indirectamente con la reconciliación" ya que "la cercanía del proceso de paz hace que brote con fuerza la preocupación" por la misma.

Fernández avanzó que una de las prioridades del nuevo Elkarri será "construir y afianzar un discurso de reconciliación social, alternativo al de "vencedores y vencidos", que últimamente tanto se está promoviendo desde determinadas instancias". En ese sentido, recordó que el lema de su próxima manifestación será 'Guztion artean' (Entre todos) y el nombre de la nueva organización responderá a la definición "lo que sirve para unir".

"VENCEDORES Y VENCIDOS"

"No queremos una paz con vencedores y vencidos porque el objetivo que tenemos es lograr una sociedad y una convivencia en paz y reconciliada", destacó el coordinador de Elkarri. A su juicio, este discurso es "incompatible" con la reconciliación y lo que debe triunfar en este proceso es "el respeto a la dignidad humana de todas las personas como primer consenso social".

El decálogo recoge una serie de aclaraciones debatidas en el seno de Elkarri acerca de la reconciliación social que, según dice el texto, no es "volver a hacerse amigos", sino "volver a tratarse con respeto" y recuperar una "convivencia basada en el respeto y la aceptación mutua".

Elkarri establece a las víctimas como sujetos de la reconciliación, cuestión que "no debe entenderse como una obligación" de éstas con sus agresores sino como "una responsabilidad social y política para normalizar la convivencia".

Por ello, considera que las víctimas tienen derecho a "la rehabilitación (dignificación y reconocimiento"), a la reparación (compensación y ayudas materiales) y a la memoria (revisión crítica del pasado y recuerdo para reconstruir la convivencia)" pero no a un "plus para decidir sobre las cuestiones políticas, el proceso de paz o la política penitenciaria".

Jonan Fernández manifestó que crearles falsas expectativas es "negativo" porque "prolongan la victimización" y eso es lo que, en su opinión, hacen los discursos que "alimentan la idea de que alguna forma de resentimiento, rencor, venganza, culpabilización o causa partidaria les ayudará a sanar su dolor". En la misma línea, señaló que han notado "mucha preocupación entre algunas víctimas" que demandan un discurso alternativo en este tema.

PERDON

"Reconciliación no equivale ni a pedir perdón por obligación, ni a perdonar por imperativo", afirma el texto que considera que el perdón obligatorio es "falso". De este modo, el perdón "honesto" deberá cumplir las condiciones de "sinceridad y voluntad de no repetir el error". "La petición de perdón no es condición previa sino, en todo caso, parte y consecuencia voluntaria del proceso de reconciliación", añade. Fernández precisó que el perdón es "recomendable", pero insistió en que, si éste es obligatorio, es "falso".

Por último, el decálogo recuerda que la Transición española se hizo "sin reconocimiento ni reparación a las víctimas y sin esclarecimiento de la verdad judicial ni memoria crítica". Según expresa, "a pesar de estos errores, que no deben repetirse, fue posible por la generosidad de nuestros mayores que, frente al agravio de la injusticia padecida, hicieron prevalecer el objetivo de la convivencia".

"La reconciliación, que no podrá responder al ideal exacto de cada cual, funciona sin vencedores ni vencidos y con generosidad para aceptar la imperfección y la limitación de la condición humana", concluye.