MADRID, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Embajada israelí en España, encabezada por Víctor Harel (en la imagen), no se da por contenta con la matización de ayer por la tarde del secretario de Organización del PSOE, José Blanco, y espera que el responsable socialista niegue sus palabras en las que afirmó que los "muertos civiles no son daños colaterales, sino un objetivo buscado" por parte de Israel.
"La Embajada israelí espera todavía que estas palabras se rectifiquen", indicaron fuentes diplomáticas israelíes a Europa Press ya que, a su juicio, queda "algo abierto aún por rectificar" porque lo que dijo ayer "como rectificación no es aceptable".
"Nos acusó de colocar a los ciudadanos civiles como objetivo y si quiere hacer una rectificación tiene que ir a esas palabras y negarlas", recomendaron las citadas fuentes.
El secretario de Organización y Coordinación del PSOE, José Blanco, aseguró ayer a Europa Press que el "sentido" de sus afirmaciones iniciales en relación a la crisis de Oriente Próximo fue el de que la "desproporción con que Israel ha respondido a los ataques terroristas de Hezbolá provoca inevitablemente la muerte de civiles".
"Por ello el PSOE considera imprescindible el cese inmediato de las hostilidades y la apertura de un proceso de diálogo que conduzca a una paz estable y duradera en la región", señaló ante las declaraciones efectuadas por el embajador de Israel en España, Víctor Harel. "Ése y no otro es el sentido preciso de mis palabras de esta mañana", agregó el 'número dos' del PSOE.
En la rueda de prensa posterior a la Permanente de la Comisión Ejecutiva Federal, Blanco enunció cinco puntos con la posición socialista respecto a la situación en Oriente Próximo. En uno de ellos, condenó la "desproporcionada respuesta de Israel y sus ataques indiscriminados contra la población del Líbano".
"No se ataca Hezbolá sino a todo un país y a sus habitantes --advirtió--. En esta crisis, los muertos civiles no son daños colaterales, sino un objetivo buscado", dijo Blanco en la rueda de prensa. Cuando se le preguntó si estaba acusando al Gobierno de Israel, el dirigente socialista insistió en que los muertos civiles eran "un objetivo buscado". El embajador de España en Israel tildó luego estas palabras de "infames".
Tras ello, Blanco recordó al diplomático que, en su comparecencia ante los periodistas, como viene haciendo "desde el inicio de la crisis", sus primeras palabras fueron "de condena rotunda de las acciones terroristas de Hezbolá". "Unas acciones que, también como mantengo desde hace días, no justifican una respuesta militar desproporcionada que está provocando víctimas inocentes", finalizó.
EL GOBIERNO NO HA RECIBIDO UNA QUEJA FORMAL
Por su parte, el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, aseguró hoy que el Gobierno no ha recibido queja formal alguna por parte del Ejecutivo israelí ni se plantea convocar al embajador de este país para limar las asperezas surgidas entre ambos países por declaraciones como las últimas de Blanco.
Según recordó, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, ya puso de manifiesto que ningún responsable del Gobierno israelí se había dirigido con ninguna queja, lo que, a juicio de Moraleda, "tiene sentido" porque España "sigue siendo considerado por Israel y la Autoridad Palestina como un país amigo que puede y debe hacer todo el esfuerzo necesario para que la paz sea lo único duradero" en la zona de conflicto.
En este sentido, Moraleda añadió que las palabras que han dado pie a la polémica entre España e Israel han de valorarse "en su justa medida", y recordó a continuación que el presidente y la vicepresidenta primera del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y María Teresa Fernández de la Vega, han definido "siempre de forma explícita" como "desproporcionada" la respuesta de Israel y han pedido una condena "sin paliativos" de los secuestros y actos terroristas como consecuencia del conflicto.
