VALENCIA, 9 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los monasterios San José y Santa Teresa y Sagrada Familia, ubicados, respectivamente, en la partida Rodeno de Peña, en la localidad valenciana de Serra, y en el Camino de Llíria, en el municipio de Puçol, han sido los encargados de preparar medio millón de formas para que comulgasen los peregrinos asistentes a la misa conclusiva presidida por el Papa. Asimismo, la empresa valenciana Lladró donó un total de 4.400 copones, cálices y paternas, elaboradas íntegramente con porcelana, para ser utilizadas por los obispos y sacerdotes cooficiantes de la eucaristía.
El sacramento de la comunión ha sido ofrecido por más de medio millar de sacerdotes, que iban acompañados cada uno por un voluntario que sostenía un paraguas blanco con el logotipo del V Encuentro Mundial de las Familias (EMF) en dorado.
Según informaron fuentes de la organización del V EMF, los citados monasterios fueron seleccionados por la fundación organizadora del evento para la elaboración de las formas, al dedicarse a esta actividad sus comunidades de religiosas de vida contemplativa, que cuentan con máquinas de cocer y cortadoras.
Asimismo, precisaron que junto a las formas para la comunión de los peregrinos, también han elaborado otras 4.000 de mayor tamaño para los concelebrantes. Las comunidades de vida contemplativa de Serra y Puçol, integradas por diez y quince religiosas, respectivamente, se encargan de todo el proceso de fabricación de las formas, desde la masa que elaboran con agua y harina hasta su cocción, cortado y envasado. La maquinaria de estas comunidades de religiosas tienen capacidad para elaborar cada una de ellas hasta 150.000 formas a la semana.
Por otro lado, según las mismas fuentes, Lladró donó un total de 4.400 copones, cálices y paternas, elaboradas íntegramente con porcelana y con un diseño exclusivo, para la misa conclusiva del V EMF presidida el Papa. Al respecto, las mismas fuentes recordaron que la empresa valenciana también realizó los copones que se utilizaron en la eucaristía que presidió Juan Pablo II en 1982.
Para esta misa, la firma Lladró había preparado 2.000 copones, 200 cálices y 2.200 patenas. Los copones están ornamentados con espigas de trigo, el escudo papal, y una cruz griega. Los cálices se han decorado con racimos de uva y hojas de parra, mientras que la cruz griega es el dibujo central de las patenas y además se repite en el pie de los cálices. Todas las piezas son de color blanco, con acabado mate, a excepción del interior de los cálices.
La comunión ha sido ofrecida a los asistentes por más de medio millar de sacerdotes que salieron desde un lateral del altar y que, acompañados por voluntarios que sostenían un paraguas blanco, se iban acercando a los puntos que separan los diferentes sectores en los que están divididos los alrededores.
Unos sacerdotes portaban cálices de porcelana blanca que contenían vino de consagrar y otros llevaban cuencos blancos también de porcelana en los que trasportaban las formas eucarísticas. De este modo, los peregrinos presentes en la misa conclusiva pudieron comulgar de forma ordenada.