GIRONA, 30 Jul. (EUROPA PRESS) -
Enric Vilert (ERC) juró esta mañana el cargo de presidente de la Diputación de Girona, tras ser elegido con los 15 votos de PSC y su propio partido y con casi con un mes de retraso.
El grupo de CiU presentó como candidato a Gabriel Casas, que obtuvo 12 votos. El grupo socialista renunció a presentar candidato y ERC presentó a Vilert, alcalde de Vilablareix, que substituirá al hasta hoy presidente, Carles Pàramo (CiU).
En su primer discurso, Vilert agradeció a ERC su confianza para presidir la Diputación de Girona y afirmó que inicia una nueva etapa con "ilusión y ganas de trabajar".
El nuevo presidente hizo un repaso del último mandato, en el que él era vicepresidente, hablando de la apertura del 'Xaloc' como un organismo al servicio de lo ayuntamientos y de la creación del organismo de salud 'Dipsalut'. Vilert dijo que hoy en día, "el reto es la adaptación de los ayuntamientos a la complejidad del siglo XXI". "Trabajaremos codo con codo con los ayuntamientos", afirmó.
Vilert afirmó que "queremos convertir la Diputación de Girona en una herramienta eficaz al servicio de los ayuntamientos y esto pasa por convertirla en una institución moderna, adaptada a las nuevas tecnologías y con una estructura administrativa moderna y eficiente".
El nuevo presidente de la Diputación habló también del Estatut, que prevé que "la estructura territorial del país la formen municipios y veguerías. La Diputación de Girona pasará a llamarse Consell de Vegueria. Por esta razón esta ha sido la última vez que la Diputación se ha constituido bajo el nombre y las características de Diputación.
Vilert afirmó que trabajará "al servicio de la provincia de Girona para la plena construcción nacional de nuestro país, sin renunciar a ningún principio de independencia y soberanía que definen el ideario de ERC".
Hablando de retos de futuro, el nuevo presidente apuntó las reformas previstas para la Casa de Cultura de Girona, que "tiene que ser un auténtico motor cultural de nuestra provincia".
El portavoz de ERC y alcalde de Puigcerdà, Joan Planella, afirmó que es "la primera legislatura de un régimen de monarquía constitucional que un republicano independentista" preside la Diputación de Girona. Planella quiso con esto constatar la "solidez de este sistema". Planella pidió a todos los grupos "trabajar y ayudar a llevar a cabo lo mejor para los municipios".
Planella insistió en que su grupo "ofrece máximo consenso, sincero". El diputado republicano remarcó que en este nuevo mandato se pondrá en marcha el Dipsalut, aumentarán las competencias del 'Xaloc', fomentarán más sinergias con los sectores económicos privados en materia turística, fomentarán los planos locales de vivienda, mejoraran los mecanismos de participación ciudadana. Joan Planella dijo, en definitiva, que "continuarán con la transformación iniciada hace cuatro años en la Diputación de Girona".
CRÍTICAS DE CiU.
Por contra, el portavoz de CiU, Jaume Torramadé, dijo que el pacto entre ERC y PSC es "legal y lícito" pero que tiene sus dudas sobre si es "legítimo" y lo consideró "profundamente injusto". Torramadé dijo que "estamos falseando los resultados de las elecciones". El problema, dijo el ex alcalde de Salt, es que "saben contar pero no saben leer, hay una voluntad viva y real de los ciudadanos que no han respetado".
Por último, Torramadé afirmó que "dar la Presidencia de la Diputación a la tercera fuerza política, sólo se puede interpretar como un acto de desesperación para evitar que CiU forme parte del gobierno".
Torramadé dijo entender la actitud de ERC, que "saca el máximo rendimiento de su posición, interponen una cuestión importante: el ofrecimiento de la Presidencia a cambio de evitar la reedición del pacto".
De todas maneras el grupo de Carles Torramadé se comprometió a "una vigilancia estricta y al control escrupuloso de la acción de gobierno".
La Constitución de la Diputación de Girona se ha retrasado casi un mes por el recurso interpuesto por CiU a la Junta Electoral. En el último mandato el pacto entre ERC y CiU permitió a Páramo acceder a la Presidencia, ocupada desde hacía 30 años por los nacionalistas
