Elude referencias a la negociación del Estatut, aunque cree que el problema no es la definición de Cataluña, "sino la de España" BARCELONA, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Generalitat y del PSC, Pasqual Maragall, proclamó hoy ante el Consell Nacional de su partido que Cataluña es "la mejor solución" al problema de definición de España y dio por hecho que "ha llegado la hora de la España plural" en la que es "compatible la afirmación nacional con la participación de un proyecto plural".
En su intervención ante los cuadros de su partido y en ausencia del presidente del Gobierno y líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, Maragall evitó referencias a la negociación del Estatut y se limitó a reafirmar el "acierto" de haber formado el Gobierno tripartito en Cataluña como "apuesta estratégica de largo alcance" del PSC.
Maragall reivindicó el papel central del PSC en la política española y catalana como máximo valedor de Zapatero en España y partido más votado en Cataluña, y pidió un esfuerzo a las bases socialistas para lograr en los próximos comicios una victoria "clara y sin dudas" que erija al PSC como el "primer partido de Cataluña" a los ojos de los ciudadanos.
También apostó por acabar con el doble lenguaje del PSC en Cataluña en su feudo electoral del área metropolitana y en el resto del territorio y acabar así con la "Cataluña disléxica". No obstante, admitió que la "llave" para poner fin a esa dualidad "no está en la política catalana, sino en la política española, en cómo Cataluña se posiciona en la política española" y "si influimos suficientemente en España como para que los catalanes la consideren realmente cosa suya".
Para Maragall, "si España mantiene a Cataluña como terreno sospechoso nunca se producirá esta fusión" y aseguró que "es el paso que estamos a punto de hacer" con la aprobación del Estatut. Según el presidente catalán, el problema "no es" la definición de Cataluña "sino la de España" y auguró que, una vez aprobado el nuevo texto de autogobierno catalán, "todos los estatutos querrán seguir la vía catalana".
"El Estado de las Autonomías cambiará con Cataluña como protagonista" y "cambiará la nación de naciones", proclamó.
Según Maragall, "lo más profundamente español de España es Cataluña", que definió como "una fusión", mientras que "en Madrid hay un factor unificador no tan puro, como es la capitalidad". "No hay nada más antiespañol que negar la personalidad catalana", sentenció.
El presidente de la Generalitat defendió la reforma del Estatut como la "apertura a la pluralidad de España, a la pluricapitalidad, a la descentralización del Estado" y celebró que cambie la realidad "convencional" de Cataluña creada por el nacionalismo catalán "resultado del esfuerzo casi patético de negar la españolidad oficial de Cataluña, que se expresa de forma defensiva, con una mueca".
Maragall pidió "no confundir Cataluña con el nacionalismo" porque "se reduce la riqueza de Cataluña con una visión pobre y provisional de su realidad política, económica y social".
PAPEL CENTRAL DEL PSC.
En este sentido, proclamó que "Cataluña no es un problema, es una solución, una de mas mejores soluciones para el problema de España" y reafirmó el compromiso del PSC de trabajar para "solucionar los problemas, a diferencia del nacionalismo que aguantó con estoicismo". "Podemos decir que queremos a España, pese al pasado nada positivo" y pidió que les "dejen intervenir en la solución de sus problemas y nos ayuden a solucionar los nuestros".
Así, Maragall señaló que los socialistas catalanes no han "corrido todos estos riesgos y calvario de descalificaciones por un capricho, sino porque es posible una Cataluña abierta y esperanzada con el PSC con un papel central". "Ha llegado la hora de la España Plural, que es posible hacer compatible la afirmación nacional con la participación en un proyecto plural", sentenció.
Maragall admitió que "nadie" les ha "dicho que las reformas sean fáciles" y señaló que "la profundidad del alcance se mide por el grado de resistencia". Por ello, pidió "sentido de la historia, tenacidad, inteligencia y mucha confianza en la gente".
"Acertamos con apoyar a Zapatero y fue un acierto el tripartito", dijo Maragall, que no hizo más referencias ni a su gobierno ni a la negociación del Estatut, limitándose a constatar que "reconoce la nación y la ciudadanía" y "garantiza capacidad de decisión para construir la Cataluña del bienestar", a modo de resumen de un decálogo de razones para argumentar que el texto "es bueno para Cataluña".
