SANTIAGO DE COMPOSTELA, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, advirtió a las tres fuerzas políticas de la necesidad de "reducir el riesgo partidario de que cada una hable para su cuerpo electoral" en la reforma del Estatuto y apeló a "superar las tentaciones de sectores de los partidos que requieren ir más allá", pero precisó que rechaza "vivir como un drama" si finalmente no se logra el consenso para aprobar el nuevo texto.
En una entrevista concedida a Europa Press, Touriño apeló a una "visión de país" para "encontrar el común denominador" que permita un Estatuto "de encuentro" y para hacer viables otros retos pendientes, como la solución a la Cidade da Cultura, cuya "maduración total no estará totalmente ejecutada hasta 2011", y para la que cree imprescindible implicar a la iniciativa privada, puesto que hay "empresarios y capital como para soportar esa apuesta".
Consideró obligado un "acuerdo por el territorio" e incidió en que las medidas previstas al respecto "no están planteadas para luchar contra la corrupción", sino para promover una "ordenación responsable y salvaguardar la costa". Cree "malo e injusto agitar la bandera de la corrupción y demonizar a la mayoría de los alcaldes" o emplear las irregularidades urbanísticas para la lucha partidaria.
Amplió esta demanda al Estatuto e invitó a los partidos a "superar las tentaciones" de las diversas corrientes que pretenden "ir más allá o quedarse más acá" en revisar el autogobierno, ya que el proceso ha de desarrollarse "pensando en la mayoría del país". "Es preciso un esfuerzo contundente y generoso para encontrar el núcleo central de lo que nos une y reducir el lenguaje partidario para privilegiar la visión de país", aseveró.
A su juicio, los grupos "tienen tiempo" aún para dotar a Galicia del autogobierno "que necesita" y, por ello, "en la recta final" del proceso, que debería concluir el próximo mes para evitar la "contienda electoral" de mayo, confió en que los tres "estén en disposición de hacer ese último esfuerzo". "Corresponde hacerlo ahora, no es fácilmente predecible que haya un tiempo mejor", advirtió, sobre la posibilidad de aplazar la reforma hasta después de las municipales.
ENDURECIMIENTO DEL BNG
Subrayó que "no conviene aparcarlo" y, preguntado por la posibilidad de que el BNG endurezca su posición como consecuencia de su última Asamblea Nacional, en la que su socio de Gobierno, Anxo Quintana, fue reelegido con un apoyo de poco más del 60% y sectores críticos con la dirección entraron en la Executiva, subrayó que actualmente "existe voluntad declarada y explícita de que esto deben hacerlo las tres fuerzas políticas".
"Nadie lo cuestiona ni sería bueno cuestionarlo", dijo, si bien subrayó la necesidad de "disminuir el riesgo partidario de que cada uno hable para su zona de influencia", puesto que el proceso "debe ser hecho pensando en la mayoría" y como "una cuestión de todos, no de parte". Así, incidió en que "lo que hay que superar" es la "tentación de sectores en uno u otro espectro de los partidos" que pretenden obstaculizar la reforma.
Touriño recordó que en el pasado se produjeron episodios semejantes, como aconteció con la Constitución o el propio texto de 1981, "que para algunos eran cicateros, cortos e insuficientes", y tras confiar en que los otros dos dirigentes compartan su objetivo de "estar a la altura", advirtió a Alberto Núñez Feijóo (PP) y a Anxo Quintana (BNG) de que "ningún líder político tiene derecho a no hacer el esfuerzo para no perder esa posición".
Rechazó "hacer cuestión de quién se reúne con quien" por la entrevista que ambos tendrán el 23 de diciembre, antes de la cita a tres bandas inicialmente prevista, puesto que "todas las que nazcan con voluntad de buscar puntos de encuentro serán positivas y tendrá que haber todas las que se necesiten". "Yo creo que hay pocas, habrá que multiplicar reuniones y esfuerzos para intentar sacar el Estatuto adelante", añadió.
El presidente declaró que no le "gusta plantear planes B" si finalmente el proceso fracasa, si bien precisó que rechaza "vivirlo como un drama" y advirtió de que, pese al "énfasis por sacarlo adelante, tampoco conviene dramatizar", ya que cada uno de los partidos "tendrá que asumir sus responsabilidades y fotografiarse ante la ciudadanía" si finalmente no hay Estatuto.
No obstante, subrayó que "la legislatura tiene su tiempo" y aseveró que "no ve motivo para alterar nada" en caso de no lograr acuerdo. Por tanto, abogó por concluir el mandato sin adelantar las elecciones porque "es bueno que los tiempos se cumplan", si bien aclaró que actualmente "las posiciones no están tan alejadas". "Salvo que vayamos a piñón fijo a hacer de algún elemento una cuestión clave que marque el sí o el no", concluyó.
CIDADE DA CULTURA
Touriño también se refirió a otra de las cuestiones pendientes en la comunidad, la Cidade da Cultura, que según él puede situar a Galicia en "el escenario internacional de la industria cultural" si consolida esta apuesta "de impacto desde el punto de vista arquitectónico" como un "proyecto competidor y de referencia con otros de gran envergadura, empezando por Bilbao y siguiendo por otros múltiples escenarios".
No obstante, asumió la necesidad de culminar el proyecto, dejarlo bien comunicado y definir en términos de gestión las "señas de identidad y la capacidad de atracción" del complejo para hacer su explotación "rentable económica, social y culturalmente". "Contemplarlo como una acumulación de edificios o desde una óptica reducida de una ciudad sería mutilarlo", advirtió.
Según él, "debe servir a Galicia y a España", ya que, una vez definida, "tiene elementos potenciales para hacerlo". Con todo, avanzó que, "en su maduración total, es imposible que esté totalmente ejecutada antes de 2011" y añadió que la vocación para competir internacionalmente requiere que "la participación financiera y de gestión de la iniciativa privada será determinante".
Pese a la obligación de "garantizar el interés general", es preciso "asociar" al empresariado, puesto que "Galicia cuenta con empresarios, capital y recursos como para soportar esta gran apuesta". "A día de hoy, por defectos del país, de los que gobernamos y de los que gobernaron antes, el proyecto no está todavía en su mejor condición, nos quedan todos esos deberes por hacer y los vamos a hacer", garantizó.
También aludió a otro de los ámbitos al que más atención ha prestado desde que asumió el Gobierno, el urbanismo, si bien subrayó que la corrupción "no forma parte de su preocupación fundamental", ya que su inquietud prioritaria es la ordenación territorial y en "hacer cumplir la ley".
Incidió en que las directrices del territorio, las medidas urgentes de protección del litoral y los incentivos a los ayuntamientos para que adecuen sus planeamientos a la normativa vigente surgen "en positivo" y se enmarcan "en el terreno político". "Siempre lo he separado del tema de la corrupción, que debe darse con otros mecanismos", declaró Touriño, quien juzgó "malo e injusto demonizar a la mayoría de alcaldes y agitar la bandera de la corrupción".
Así, aunque asumió la necesidad de "actuar con dureza, ser firmes y exigentes", aseveró que las medidas de la Xunta son para promover un "urbanismo responsable y no están planteadas como una bandera anticorrupción ni contra los corruptos". "No es ésa la orientación de nuestra acción política", concluyó.