MADRID, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Nacional juzga hoy a la etarra María Belén González Peñalva, alias "Carmen", que fue miembro del "comando Madrid" de ETA en los años 80, por su participación en el atentado perpetrado en septiembre de 1985 en la plaza de la República Argentina de Madrid, en el que resultó muerto un ciudadano norteamericano y heridos 14 miembros de la Guardia Civil y dos transeúntes.
El fiscal de la Audiencia Nacional Ignacio Gordillo pide para ella 485 años de cárcel por los delitos de atentado en concurso con asesinato, asesinato consumado y 17 frustrados, según el Código Penal de 1973. Además, solicita que indemnice con 540.900 euros a los familiares de Eugene Kenneth Brown, que falleció en el atentado, y con cantidades que oscilan entre los 3.065 euros y los 617.000 euros.
La histórica etarra, que fue extraditada a España por las autoridades francesas en noviembre de 2005, formaba parte del "comando Madrid" entre los años 1984 y 1985 junto con el arrepentido Juan Manuel Soares Gamboa y con José Ignacio de Juana Chaos, quien si su estado de salud lo permite podría tener que declarar como testigo en el juicio. Para cometer atentados, contaban con la infraestructura informativa e inmobiliaria proporcionada por el fallecido Esteban Esteban Nieto y la ya condenada Inés del Río.
El "comando Madrid" decidió atentar contra la Guardia Civil y aprovechar la información que les facilitaron Del Río y Esteban sobre un microbús del Instituto Armado que pasaba todas las mañanas por la plaza de la República Argentina. Para causar el mayor número posible de muertos decidieron situar un automóvil cargado de explosivos y hacerlo explotar al paso del vehículo de los guardias.
Prepararon un coche robado en San Sebastián, al que cambiaron las placas de matrícula por otras falsas y que Soares Gamboa estacionó en un aparcamiento público en la plaza de Callao. El 8 de septiembre de 1985, Soares recogió el coche cargado con explosivos y se dirigió a un colegio mayor de Ciudad Universitaria, donde había quedado con González Peñalva y De Juana.
Ambos llegaron en un taxi a cuyo conductor habían encerrado en el maletero. En los vehículos se desplazan a República Argentina, aunque González Peñalva detectó que había despertado las sospechas de la Policía y se apeó del taxi en la calle Princesa. El coche-bomba fue estacionado en la calle Carbonero y Sol, junto a la plaza por la que iba a pasar el autobús de la Guardia Civil.
De Juana activó el artefacto, compuesto por ocho kilos de sustancia explosivo y dos de tornillería, como metralla, al paso del autobús. El ciudadano norteamericano Eugene Kenneth Brown murió y resultaron heridos de gravedad los guardias civiles del microbús y dos transéuntes.
