BILBAO, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
ETA declaró hoy un alto el fuego permanente después de que haya transcurrido más un año y cuatro meses desde que Batasuna presentara en el Velódromo de Anoeta, en San Sebastián, su documento 'Orain Herria, Orain Bakea' (Ahora el pueblo, ahora la paz).
Por primera vez, el 14 de noviembre de 2004, la formación abertzale apostaba por las vías políticas y democráticas, con la renuncia al recurso de la violencia, al abogar por sacar el conflicto de las calles para llevarlo a una mesa de diálogo.
En concreto, la propuesta recogía la creación de dos mesas, una ETA-Gobierno en la que se hablaría la situación de los presos y "desmilitarización", y otra de partidos políticos vascos para dialogar sobre cuestiones políticas que afectan a los vascos.
Desde entonces y a partir de que el 17 de mayo de 2005 -día en el que se aprobó en el Congreso de los Diputados la resolución en la que se mostraba favorable a que el Gobierno estableciera un diálogo con la organización terrorista, si abandonaba las armas-, se inició un diálogo por parte de los partidos vascos, a excepción del PP, con el fin de establecer las bases para crear una mesa.
Su pretensión era que, una vez finalizada la violencia de ETA, todo estuviera preparado para poner en marcha el foro multipartito, en el que ya podría participar la formación liderada por Arnaldo Otegi.
En los últimos meses, una vez establecido el diálogo fluido entre formaciones vascas y las bases sobre las que dialogar en la mesa de diálogo, los partidos esperaban una declaración de tregua de la banda, que se ha hecho esperar más de lo pensado, según señalaron a Europa Press fuentes de los diferentes partidos.
La declaración de un alto el fuego permanente abre nuevas perspectivas para Euskadi, en un momento en el que la sociedad vasca ya no vislumbraba un escenario en el que ETA reanudara sus atentados mortales.
SIN ATENTADOS MORTALES
Precisamente, la banda armada ha cesado en su actividad cuando faltan 69 días para que se cumplan tres años sin atentados mortales por parte de ETA que, aunque no ha cesado en sus acciones, no han provocado muertos.
El último atentado mortal se produjo el 20 de mayo de 2003 en la localidad navarra de Sangüesa, cuando una bomba-lapa colocada en el vehículo de los policías nacionales, Julián Embid y Bonifacio Martín, que se encargaban de expedir el DNI, acabó con sus vidas.
Desde este doble asesinato, ETA cometió hasta la masacre del 11 de marzo de 2004 en Madrid un total de 19 acciones terroristas. Después del 11-M, tardó cuatro meses en volver a atentar y la reanudación de su actividad coincidió con su habitual 'campaña de verano'.
Todos los partidos se mostraron convencidos de que la masacre de Madrid marcó un antes y un después para la organización terrorista y la posible comisión de asesinatos.