MADRID, 8 May. (EUROPA PRESS) -
El fiscal de la Audiencia Nacional Vicente González Mota pidió hoy a la Sección Segunda de lo Penal que condene a Gregorio Escudero Balerdi a 45 años de cárcel y 5 años más de alejamiento de Zarautz (Guipúzcoa), al considerar acreditado que realizó seguimientos y recabó información imprescindible para cometer el atentado en el que murió el concejal del PP de la citada localidad José Ignacio Iruretagoyena Larrañaga, asesinado en enero de 1998 al explotar un artefacto que miembros de ETA habían colocado en su vehículo.
El fiscal, que pidió para Gregorio Escudero Balerdi una condena de 45 años y dos meses de prisión por el asesinato del concejal del PP José Ignacio Iruretagoyena Larrañaga y las heridas que sufrió una transéunte, modificó hoy sus conclusiones provisionales para añadir que la sentencia establezca una orden de alejamiento por cinco años de la localidad en la que se cometió el asesinato, cuando abandone la prisión. También solicitó que indemnice con 120.000 euros a los herederos del edil.
La modificación de la petición de pena del fiscal, para introducir el alejamiento, hizo que la abogada defensora, Ainhoa Baglietto, solicitara un aplazamiento de la vista, aunque posteriormente renunció a ello, al tratarse de una medida prevista en el Código Penal de 1995 e instada recientemente por el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido.
A pesar de que el acusado optó por negarse a declarar y pedir insistentemente abandonar la sala de vistas, la abogada solicitó su libre absolución, al entender que una de las principales pruebas del fiscal, la "autocrítica" remitida por el acusado a la dirección etarra en Francia, no había sido introducida en la causa por el método preceptivo de comisión rogatoria.
Según el fiscal, Escudero Balerdi no sólo realizó las informaciones necesarias para que ETA cometiera el atentado contra Iruretagoyena, sino que también los trasladó en su vehículo el día en que se cometió. El Ministerio Público considera que Escudero Balerdi vigiló durante varias semanas al concejal del PP, siguiéndole en varias ocasiones desde el ayuntamiento de Zarautz en el que trabajaba hasta su domicilio. Después de conocer la dirección de su vivienda, acudió reiteradamente a las inmediaciones para continuar sus labores de seguimiento.
El acusado, prosigue el fiscal, facilitó estos datos a otros dos etarras "con la intención de quitar la vida al concejal" y el 8 de enero de 1998 les llevó desde la localidad guipuzcoana de Andoain al apeadero de Añorga de San Sebastián, desde donde los otros dos terroristas fueron en tren a Zarautz. Gracias a la información que les había suministrado, los etarras localizaron el coche de Iruretagoyena, dentro del cual colocaron un artefacto de unos dos kilos de explosivos. Según declaró hoy su viuda, el edil siempre utilizaba el mismo automóvil, por lo que era fácilmente identificable.
Después de colocar la bomba, los dos etarras regresaron en tren a Añorga, desde donde Escudero Balerdi les volvió a llevar a Andoain. Por la mañana del día siguiente, el concejal del PP cogió su vehículo para ir a trabajar, y explotó a la altura de la calle Urdaneta, lo que provocó su muerte y que una transeúnte que pasaba por el lugar resultase herida.
